A pesar del “acto heroico” que hizo Alan García al dispararse en la sien con una pistola, quieran o no, pero nuestro ex presidente de la República del Perú marcó un antes y un después, no solamente en el Partido Aprista Peruano, sino en la cotidianidad de la política peruana. Su muerte conllevó a demostrar el hostigamiento que vienen recibiendo algunos políticos peruanos por el simple hecho de ser oposición al partido de turno, que en complicidad con “la prensa-aliados del gobierno de turno”, hacen el vacilón al principio de presunción de inocencia que nuestras leyes peruanas y los tratados internacionales suscritas por el Perú dan a conocer.
En estos días su muerte ha conllevado a considerarlo, para algunos, claro, como el mártir peruano del hostigamiento político, y para otros lo contrario, a tal punto de catalogar su acto como cobarde, quizás porque no tuvo la correa bien ancha para afrontar su realidad –como muchos políticos lo vienen haciendo, claro ejemplo la lideresa de Fuerza Popular Keiko Fujimori, el ex presidente Alberto Fujimori, inclusive nuestro ex presidente que renunció hace poco, Pedro Pablo Kuczynski; así como ellos hay otros que hasta ahora siguen llevando procesos día a día y sin cometer “un acto heroico” que acabaría con su vida.
Pero sin lugar a dudas fue Alan García quien llevó al APRA a ser gobierno en dos oportunidades y eso ha permitido que tal vez el APRA se consolide como uno de los Grandes Partidos Políticos Peruanos a lo largo de la historia peruana. Claro, no se olvidará los tropiezos que se ejecutaron en su gobierno como la masacre que se realizó en el frontón, en Bagua (donde murieron indígenas amazónicos),así como aquellos sindicalistas que fueron perseguidos por el comandante Rodrigo Franco, el caso del dólar MUC, y entre otros que formaron a ser parte de investigaciones durante años. Pero, ahora, hay un cierto grupo que pretende que el legado García perdure en la política aprista, el voceado a ello es su hijo Federico Danton, quien en un acto conmemorativo firmó su inscripción al APRA en pleno velatorio de su padre.
En fin, soy de los que dice y piensa quien no la debe no la teme. Razones personales habrá tenido nuestro ex presidente para tomar la decisión de acabar con su vida. Pero sigo con esa intriga en querer saber si su acto, para un líder político, es digno a seguir ¿Será acaso un gran ejemplo? ¿Será acaso una gran referencia como líder político?