A raíz de los resultados y las intervenciones públicas ya es una verdad que tanto la alcaldesa de Maynas, Adela Jimenez como el gobernador de Loreto, Fernando Meléndez tienen coincidencias que van más allá de lo políticamente correcto. Por eso, a manera de ejercicio de explicación de lo que han hecho, hacen y harán van estas interrogantes y afirmaciones.

¿El gobernador no se cansa de gastar la plata que administra en financiar la aparición de “protestantes” con pancartas mal escritas y ubicados frente a las sedes laborales como la Prefectura, Poder Judicial y lo que era UCV Satelital?

¿No se aburre la alcaldesa de repetir todos los días en el canal y las radios que con tanto esfuerzo adquirió con su adorado esposo Rusbel Ferry todo su pensamiento con el propósito de callar las voces opositoras a sus acciones?

Lamentamos que con la administración regional nos hayamos confundido, en verdad. Pensábamos que iba a ser una gestión mala pero terminará siendo pésima.

Lamentamos que en Maynas se haya instalado un grupo que decide quién ejecuta las obras y no muestre profesionalismo para supervisar las mismas y todas ellas terminen con problemas de diseño  infraestructura que ya los colegios profesionales han advertido.

¿Se sentirá realizado el gobernador cuando todos los días recibe el informe de medios y comprueba que sus órdenes de insultar a quienes no son de su agrado se han cumplido sin dudas ni murmuraciones?

¿Una arquitecta como la señora que ocupa el sillón municipal sentirá orgullo o lástima al ver todos los días que la ciudad que administra tiene una de las peores plazas del país y que el centro histórico está descuidado por completo?

No existe oficina del Gobierno Regional de Loreto donde no se hable de la mediocridad que se ha instalado en las gerencias y unidades ejecutoras y todos los que son contratados entregan una parte de su sueldo para que la señora Rosío muestre una imagen de dadivosa con dinero de otros.

Qué pena que la alcaldesa haya desperdiciado la oportunidad histórica que tuvo de dejar bien a sus colegas arquitectos y a la Arquitectura como tal y cuando deje el cargo el desarrollo arquitectónico de la ciudad será una promesa incumplida.

¿No le produce ningún remordimiento al gobernador que en las sedes de las direcciones regionales y proyectos especiales se afirme que tiene un operador que está encargado de hacer los trabajitos sucios que finalmente salen a la luz y que él trata de taparlos?

¿En qué momento la alcaldesa renunció a dirigir una gestión transparente y ha hecho de la Gerencia General, Gerencia de Obras y todas las dependencias, oficinas dirigidas por subordinados que carecen de iniciativa porque todo lo que hacen lo coordinan con gente que no tiene vínculo formal con la MPM?

Una cosa es tomar locales, bajar la palanca para no dar exámenes, chantajear a los profesores y autoridades universitarias y otra, demasiado distinta, es dirigir la entidad regional más poderosa de la región.

Una cosa es hablar de las acciones que se pretende realizar y otra, demasiado distinta, es emprenderlas, además no puede realizar una buena gestión quien cree que sus cochinaditas tienen que ser limpiadas cotidianamente tratando de ensuciar a quienes no comparten sus decisiones.