Tras diligencia judicial en escena de crimen

Luego de casi tres meses, ayer en horas de la mañana,  Anderson Freitas Pinedo (33) regresó a su casa de la cuarta cuadra de la calle Condamine lugar donde alguna vez fue su hogar y en donde el pasado 19 de enero dio muerte a su conviviente y madre de su hija Ana Elisa Montes García (31).

La diligencia fue realizada por el Juzgado que ventila su caso con presencia de un fuerte resguardo policial. Anderson llegó al lugar con la mirada vaga, pensativo y ensimismado sin que diera ningún tipo de declaración. En la diligencia volvió a ratificar su inocencia y que el corte en el vientre de su conviviente no fue intencional ya que sólo fue un accidente mientras se defendía de la agresión y que no podía realizar ninguna reconstrucción de asesinato porque nunca la mató.

Sin embargo, tras su llegada al lugar, algunos vecinos, amigos y familiares de Ana Elisa le arrojaron de todo, sindicándolo con el dedo que era el asesino de su mujer, gritaban fuertemente con términos como: “asesino…maldito…ojala te pudras en la cárcel…” entre otros calificativos. Sin embargo Anderson en ningún momento reaccionó sólo atinó a mirar y escuchar pero siempre con la mirada distorsionada, y tras varios minutos en el lugar lo regresaron al penal de San Jacinto de Iquitos en donde se encuentra recluido. Mientras que los parientes de Ana Elisa precisaron que seguirán luchando por encontrar justicia y para que el responsable de su muerte pague por lo que hizo. (markito_33@hotmail.com)