Las cifras del Ministerio de Educación respecto al último concurso para acceder a una plaza de contrato a nivel nacional, no deben ser alarmantes para ellos ni para nadie, porque nada se logra alarmándose, sino que nos obliga a tomar ciertas medidas necesarias y de urgencia respecto a este tema. Y saldrán a echar la culpa al maestro despreocupado, desactualizado y poco comprometido con su desempeño, otros dirán que el examen no se adecuó a una evaluación real; otros enlazarán el tema con la baja calidad de los egresados de las universidades y centros de formación docente, públicos y privados del país; o simplemente otro sector de la población culpará al sistema educativo y dirá que la educación en el país cada vez está de lo peor.
Y es que realmente no hay nada más que decir respecto a este eslabón importantísimo de la educación que es el maestro y su desempeño formativo y que se ve reflejada en esta última evaluación. Casi un 70% de los que rindieron la evaluación para acceder a una plaza de contrato para este 2014 desaprobaron la prueba a nivel nacional, y en nuestra región, solo un 20% lograron aprobar dicha evaluación. Y es justo pensar que el responsable de su baja calidad de servicio educativo que pretende prestar al estado, a los niños y jóvenes de nuestro país es el propio maestro, pero este tema seguirá siendo una herida que sangre cada vez que se le dé un leve golpe. La intensidad de la nueva reforma educativa debe partir por volver a ser énfasis en las competencias básicas que todo maestro debe conocer, como la comprensión lectora y a eso la nueva propuesta educativa que están enmarcándose en este momento, como las rutas del aprendizaje.
La gran preocupación por el momento es qué medidas deben tomar el MINEDU, la DREL y las UGELEs, mientras siga predominando una burocracia educativa que es cada vez peor, esto cuando se intenta implementar algún proyecto educativo para el beneficio de los estudiantes y maestros, ya sea por una entidad externa al sistema educativo. Creo que todas las entidades que buscan logros en la calidad educativa deben ser bien visto y ayudas a sus implementaciones porque se trata de un aporte que no cuesta nada a las entidades públicas del sector educación.
El estado, los gobiernos regionales, las municipalidades y los órganos encargados de encaminar la educación en el país y en nuestra localidades deben sumarse a la implementación de nuevos proyectos que busquen ayudar a la mejora de la educación en su entorno, ya que el tema de la evaluación docente no se sujeta a una responsabilidad individualista, tildando que el docente es el único responsable de sus calificaciones, de los resultados y de los logros de sus estudiantes, cuando muchas veces se pasa todo el año lejos de la ciudad, de las nuevas propuestas educativas, de las capacitaciones constantes y de las atenciones que requiere su trabajo por parte de los especialistas. Ese docente que muchas veces termina abocado a obtener logros en sus estudiantes no puede darse tiempo a ser atendido para mejorar su trabajo; otras veces por la falta de proyectos que focalicen la mejora de su trabajo. A los responsables del sistema educativo lo que les interesa es que el docente esté en su puesto o en su lugar de trabajo, que es de justo derecho para todos los niños y niñas del país y que ayudan de mucho a la mejora de la educación, sino que también se olvidan de la asistencia pedagógica para esos maestros de la frontera o de las comunidades aledañas que, misioneramente, deben cumplir con una labor muy pocas veces valorada por las autoridades y por la misma población, en situaciones muy complicadas muchas veces para el maestro, siendo más fácil tirarse una vez más la pelota y lavarse las manos hasta que queden bien limpias de responsabilidades.