CULTURA EN EL MES MORADO

“La Expedición  Amazonas”, es una muestra que en estos días de octubre se viene exponiendo en la Galería Municipal Pancho Fierro, de la Lima horripilante. A pesar del nombre,  que menciona al río más caudaloso, o escabroso,  del mundo, el evento poco tiene que ver con la fronda, el trópico, la manigua. Es un homenaje a la permanente feria del libro que algunos libreros populares, aquellos que no tienen ninguna relación ni con afortunados dueños de librerías ni con exclusivas editoriales de la capital peruana, han consolidado un lugar adecuado para ese gran invento de la historia humana. Allí las obras, antiguas o no, han encontrado un lugar alejado de la esquina o del suelo. Porque son expuestos para la venta en ambientes decorosos.

La exposición no es, por otra parte, un hecho aislado, un acontecimiento solitario, en la vida de la Lima de las calesas arrastrados por caballos. Es parte de todo un programa cultural que tiene la Municipalidad de Lima. Un vasto programa que no se detiene en horarios o feriados largos y que abarca todos los días del mes morado. Para ejecutar ello esa entidad tiene un presupuesto y personas dedicadas solamente a armar eventos culturales. De acuerdo a la ley peruana, toda casa edil tiene dinero para las actividades culturales. Hasta el municipio más alejado o más pobre, tiene una partida mensual para ese menester.

¿Dónde  está entonces el dinero, una verdadera fortuna, que todos los municipios amazónicos nunca gastan en actividades culturales? La pregunta es inevitable. A lo largo y ancho de la región no conocemos de ninguna casa consistorial que tenga un programa mensual de eventos culturales. Nunca ocurrió eso en ninguna parte de la fronda. El dinero designado para la inversión en la cultura se desperdició y se desperdicia en otros rubros, en nada. Otra pregunta surge, también inevitable: ¿Qué hacer, desde ahora en adelante, para que ese dinero no se siga arrojando al agua, para que se gaste en manifestaciones culturales?