ADIÓS A SUIZA

En un lugar de la tierra de ahora, los ardorosos varones en pleno, donde abundan esposos llenos de amor, padres cumplidos, ciudadanos correctos, vecinos pacíficos y nada liosos, realizaron un referéndum insólito, para mejorar el merecumbé.  La votación pública era para solicitar  a donde gobierno y sus hierbales que se pongan las pilas, que atienda la demanda callejera, ampliando los lugares para el comercio carnal con prostitutas. El evento político rindió sus frutos y en el presente, ese negocio legal por allanga, se hará en varios lugares, como los autoservicios.

Sucede cada cosa en el mundo. En ese lugar la prostitución se ha vuelto invasiva, notoria, cargante y la única manera de darle alguna salida es haciendo caso a los moradores. Si ese desborde burdelero fuera en un país bananero, parrillero y pisquero no pasaría nada. Pero ocurre que el incremento de pirujas, de amigas de la noche, de mariposas brebajeras,  sacude a la bella, culta y civilizada Suiza. Hasta hace poco ese país era como un emblema del progreso, un mito del libre mercado. Los puntuales relojes y los sabrosos quesos solo eran emblemas de una sociedad que había alcanzado altos ingresos económicos y una vida casi paradisiaca. No faltaron quienes imaginaron que el reino andaba por esos lares. Pero ahora los pobres suizos están fritos.

Cuando cualquier sociedad  permite la vigencia de la prostitución, quiere decir que está en decadencia. Los cesares romanos, que cobraban un impuesto a los burdeles, saben que esos ingresos no los salvaron. No tenemos nada contra las damas del más antiguo oficio del mundo, desde que leímos ese cuento magistral de Guy de Maupassant que se llama Bola de sebo, donde una meretriz ejecuta una jornada heroica.  Escribimos esto solo para recordar a los lectores y lectoras que los éxitos son pasajeros, que los modelos de ayer nomás ya no sirven, que el cantado desarrollo ajeno, que se nos quiso imponer como verdad absoluta, tenía incontables grietas. ¿Cuántas otras falacias de mañana nos venden ahora los que creen en una sola verdad, los que buscan ganar a río revuelto?