Ana Tan Paima, una historia de amor incondicional
“PRONTO ME CASARÉ CON EL AMOR DE MI VIDA”
Ana es una joven madre de 33 años que a pesar de la difícil situación que le tocó atravesar con el accidente del padre de sus hijos, salió adelante y permaneció junto al gran amor de su vida. Ana vende raspadillas en la esquina de Bermúdez con Grau, afuera del colegio “San Agustín”.
Una historia que demuestra que el verdadero amor sí existe y es capaz de salir airoso de todos los obstáculos que se presenten en la vida.
¿El negocio es propio o es de otra persona?
Mi negocio es propio, con un poquito de esfuerzo logramos hacer este pequeño puesto de raspadillas.
¿Cuánto tiempo lleva acá?
Bueno, ya llevo más de cinco años trabajando en esta esquina vendiendo mis raspadillos.
¿Tiene problemas con la municipalidad o el director del colegio?
La verdad es que el serenazgo es el que viene a hacer problemas a veces, pero cuando me voy a la municipalidad a solicitar un permiso me dicen que lo converse con el director del colegio, felizmente el hermano Víctor Lozano es una muy buena persona y no tiene problemas en que yo venda en esta esquina.
¿Le resulta rentable?
Sí me resulta rentable, me alcanza para cumplir con los gastos de la casa, la alimentación de la familia y el estudio de mis niños.
¿Cuánto gana en un día?
Aproximadamente se gana de 80 a 100 soles diarios, siempre y cuando el clima nos ayude y se pueda vender lo suficiente para ganar esa cantidad.
¿Qué días son los que más venta tiene?
Generalmente de lunes a viernes, porque los colegiales salen de clases a comprar sus raspadillos y ahí se genera más venta.
¿Dónde vive?
Yo vivo en la cuadra 23 de La Participación, desde ahí mi pareja me trae en motocarro hasta mi puesto en esta esquina y él se va a motocarrear.
¿Desde qué hora está vendiendo?
Desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, mi pareja me trae y luego me recoge, por eso no gasto en pasaje.
¿Todos los días trabaja en esta esquina?
Yo trabajo todos los días, siempre y cuando esté bien el clima, sino ya no salgo a trabajar, los domingos también trabajo y mi pareja me ayuda vendiendo en Quistococha, tenemos un puestito igualito allá.
¿Su pareja también trabaja vendiendo raspadillas?
Él maneja su motocarro y hace sus carreras en todo el día, pero los domingos se dedica a vender raspadillos en Quistococha, antes él era el único sostén de la familia, con lo que él ganaba nos alcanzaba para vivir bien, pero desde que sufrió un accidente yo tuve que sacar adelante la familia.
¿Qué accidente sufrió el padre de sus hijos?
Él era soldador del SENATI, pero se cayó de 25 metros, se destrozó un riñón y el vaso, por eso ya no puede hacer mucho esfuerzo. Eso pasó ya hace ocho años en la ciudad de Lima, desde ese entonces yo tuve que apoyarle.
¿Qué pensó cuando sucedió ese terrible episodio?
Pensé lo peor, él estuvo más de seis meses en cuidados intensivos, fueron meses muy duros para mí pero como él dice, gracias a un milagro volvió a nacer.
¿Qué secuelas le dejó el accidente?
Él tiene que ponerse una vacuna anual porque no tiene defensas y solo esa vacuna le protege de cualquier enfermedad que le pueda dar, si no se coloca la vacuna al siguiente día puede postrarse en cama; mi último hijito también salió enfermito del corazón.
¿Ustedes son naturales de Iquitos?
Mi pareja es de Lima y yo soy de Mazán, no tenemos familia acá en Iquitos y eso muchas veces hace más difícil la situación, pero felizmente estamos saliendo adelante.
¿Dónde se conocieron?
Nosotros nos conocimos en esta ciudad, nos enamoramos y decidimos formar un hogar, buscamos mejor suerte en Lima, pero a raíz del accidente tuvimos que volver a Iquitos.
¿Ustedes tienen casa propia o es alquilado?
Gracias a Dios pudimos juntar un dinerito y pudimos comprar nuestra casa, hace dos años que compramos un terrenito y luego levantamos una casa donde ahora vivimos.
¿Cuánto tiempo tienen de relación?
Tenemos más de 14 años de relación y convivencia, somos padres de tres hermosos hijos a quienes amamos mucho.
¿Piensan casarse?
En eso estamos, ya son tres años en lo que venimos planeando, pero hasta ahora no se da (risas), ya prontito llegará el día que nos casemos.
Escribe: Randy Wagner Ríos Gutierrez
(randyriosg@gmail.com)
Amigo, te felicito por esta labor que haces en el periodismo, tal vez es la mejor forma de afrontar la realidad mostrando casos de este genero,eso hace que uno como lector y ciuadano de a pie tenga mas valor y ganas de ver la vida desde otro sentido…El deseo de su superacion, somos una raza distinta muy luchadora. Mi familia tambien empezo de abajo…..sigue asi amigo enseñandonos mas casos que nos hagan pensar de otra forma.
POR FIN ALGO BUENO…
Bien Randy, por algo aprobaste Géneros Periodísticos. Verás que en la calle se termina de aprender lo poco que podemos compartir en clases. Un toque literario no le vendría nada mal a las entrevistas de personaje 🙂
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