*APUNTES DE VIAJE EN EL ORIENTE PERUANO (1905) O LOS PRIMEROS RELATOS DEL CAUCHO

Escribe: José Rodríguez Siguas

Cuando se pasa revista a la historia de la Amazonía sobre los primeros años del siglo pasado, siempre se va a topar con algún documento del bien informado Jorge von Hassel, ingeniero alemán que recorrió gran parte del Perú. Sus trabajos sobre el caucho, desarrollo, pueblos indígenas se publicaron en la revista de la Sociedad Geográfica de Lima. Algunos de estos trabajos fueron recogidos por Carlos Larrabure y Correa en su monumental “Colección de leyes, decretos, resoluciones y otros documentos oficiales referentes al Departamento de Loreto”.

Sin embargo, llama la atención que su libro de relatos “Apuntes de viaje en el Oriente peruano”, de 1905, no haya tenido una repercusión mayor, más aún cuando es un libro muy citado por la academia (hay tesis que parten de dicho libro para explicar parte del proceso de la época del caucho). Ya en 1993 Vírhuez y Marticorena, reconocían estos “Apuntes” como un libro clásico de la Amazonía.

Curiosamente en las antologías no se cita ningún relato de Von Hassel, quizá porque es extranjero o es simple desconocimiento. Juana Martínez Gómez en su trabajo de 2015: “El cuento peruano del siglo XX en perspectiva”, nos informa que los primeros libros de cuentos que se publicaron a inicio del siglo pasado en el Perú fueron “Nihil” de Alfredo Lafosse y “Hojas de mi álbum”, de José Antonio Román, libros de 1903; “Cuentos malévolos” de Clemente Palma de1904; “Almas de fuego” de Felipe Sassone de 1907 y “El caballero Carmelo” de Abraham Valdelomar de 1918.

Claramente, el libro de Von Hassel puede ubicarse como parte del cuento moderno en el Perú, y no solo por la razón del año de publicación (1905), sino también por la calidad que se desprende del mismo.

“Apuntes de viaje en el Oriente peruano” está conformado por veinte relatos donde encontramos vivencias del autor y su relación muchas veces tirante con el medio y sus habitantes, sean estos pobladores indígenas, como extranjeros que llegaron a hacerse ricos con la materia prima de ese entonces, como el caucho, por ejemplo, pero que no a todos les fue bien. Ahora, no todas son vivencias del autor, también están las historias oídas como el relato “Masho-Playa”, donde aparece como personaje el cauchero Fitzcarrald, quien en su encuentro con los mashcos por el Manu, les dice con un traductor que se rindan por el poderío de armas que contaban, nos cuenta Von Hassel: “ Fiztcarrald le alcanzó una cápsula de Winchester, el curaca la recibió y se golpeó con la punta roma de la bala su brazo desnudo y como no le produjera ningún efecto la arrojó con desprecio, diciéndole: “Ve, blanco, nuestras armas”. Y punzándose con la aguda flecha el mismo brazo del que brotó sangre, volvió tranquilamente las espaldas a Fitzcarrald, reuniéndose con sus indios”. Claramente el curaca no conocía el poder de las Winchester, pues finalmente fueron arrasados. Es llamativo que esta misma escena también fuera contada en la misma época por Euclides da Cunha.

Otro gran relato es “El impero de las amazonas”, que según el autor “Orellana, al bajar el Amazonas tomó por mujeres a los hombres de la tribu de los Nahumedes, en rezón de que tanto las unas como los otros… usan cushma y cabellos largos”. Para informarse bien sobre el tema, Von Hassel cuenta su búsqueda de estas mujeres, cosa que por cierto no lo logró.

Y así se va dando forma este libro que, según el propio autor, los relatos (apuntes, los llama él) fueron publicados antes en “El Comercio”. Pero el cuento que más me gustó es “La mujer del curaca”, que el autor ubica en Barranca, en el Marañón, sobre el rapto de una mujer blanca por los huambisas. La mujer solo alcanzó a gritar a su esposo “Revoredo, ¡me llevan!”. Posteriormente y durante años comenzó una búsqueda sin par de la mujer, sin embargo, llama la atención el cambio de actitud de la mujer cuando deja un escrito: “Amigos y paisanos: Ustedes mandan en mi persecución a indios aguarunas. Semanas enteras estamos vagando por el monte sin alimento y sin hogar. El marido forzoso que el destino ha querido darme, yo y mis tres tiernos hijos, andamos sin descanso para escapar a sus persecuciones. Les suplico, pues, me dejen entregada a mi propia suerte, que tiene que ser también la de mis hijos. Julia Revoredo”.

Este último tema abordado por Von Hassel no es nada nuevo (recuérdese la novela “Cumandá”, 1879, de Juan León Mera, en este caso es el rapto de la hija blanca) y será también material narrativo en la novela “Selva trágica”, 1956, de Arturo Hernández, y en el cuento “La reina de los salvajes”, 1962, de Francisco Izquierdo Ríos, y también por Roger Rumrrill.

La Colección Iriwa busca, pues, acercar a los lectores libros que son necesarios conocer, y “Apuntes de viaje en el Oriente peruano” es una pieza fundamental en nuestra literatura amazónica.

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