El presidente de Petroperú, economista Oliver Stark, reveló que el directorio aprobó ocho medidas destinadas a sanear la firma estatal y demostrar que los cambios “van en serio” para rescatarla, después de que el ministro de Energía, Rómulo Mucho, afirmara en febrero pasado que la petrolera “está quebrada” y que su “recuperación es imposible” sin cambios estructurales en su gestión.
“Ahora sí estamos ajustándonos el cinturón”, afirmó. Entre las decisiones recientes, destaca el abandono del edificio principal en la Av. Paseo de la República, en San Isidro, y el traslado del personal a Talara, donde se ubica el complejo de refinación de crudo.
“De todas maneras, vamos a salir del edificio, vía concesión o venta. Deberíamos irnos todos a Talara, aunque con algunas excepciones, como el área legal o el área de compras. Quizás un grupo se quede en una oficina acá, pero sería en un solo piso que alquilaríamos al concesionario”, agregó. Actualmente, 600 trabajadores están en Lima y 900 en la región norteña.
“No quiero dar números para no contaminar el proceso, pero en algún momento alguien valoró este edificio en US$120 millones. Quizá el número, comparado con el tamaño de las cifras que estamos acostumbrados a oír en Petroperú, parezca que no mueve la aguja, pero sí la mueve. Cualquier medida es bienvenida”, continuó.
Otra medida significativa es la contratación de una empresa restructuradora que gestionará Petroperú como un CEO privado. “Así funciona un Project Management Office (PMO), y así lo hemos conceptualizado nosotros. Algunos especialistas lo llaman también Chief Transformation Office (CTO)”, apuntó.
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