Estos días de las noches bajo cero en Madrid me apetecía leer a Ricardo Piglia. Había revisado algunos vídeos del proceso creativo de la novela «El camino de Ida”, de este escritor nacido en Adrogué, Buenos Aires. El pueblo de Piglia está a unos veinte y tres kilómetros de Buenos Aires (más lejos está Nauta de Isla Grande por esa sierpe de cemento que la une), me ha dado curiosidad visitarlo, se puede llegar en tren. Comentan que Jorge Luis Borges se inspiró en ella en varios relatos ¿Se habrán acordado de Piglia en Adrogué? Días antes había leído su novela «Blanco nocturno», con los protagonistas de Emilio Renzi, para muchos su alter ego, y el comisario Croce. Uno es periodista de policiales, Renzi, y el Comisario Croce, un investigador de la policía con métodos muy peculiares. En una de las entrevistas sobre «Camino de Ida», Piglia decía que en esa novela quería reflejar su vida o la vida académica en los campus universitarios en Estados Unidos, a través de su personaje Emilio Renzi, divorciado que quiere dar un impulso a su vida. Me parece que la novela refleja muy bien esa tensión entre los profesores y el alumnado en los centros universitarios norteamericanos. Esa extraña tensión de lo políticamente correcto que sublima muchos mares de fondo en esas burbujas académicas. La novela relata la muerte de la profesora Ida Brown en el campus, parece ser que manipuló mal una bomba casera que finalmente la explotó. El autor intelectual y real de esas muertes es un muchacho de Harvard, con grandes dotes académicas e intelectuales. Aunque muy sumergido en su mundo. No explico más para no ser aguafiestas. Lo que rescato de la historia es cómo Piglia pone a disposición del lector o lectora toda su panoplia persuasiva. Me explico, se nota la pugna o contrapunto del escritor y el crítico lúcido y erudito a lo largo de la novela. Las disquisiciones filosóficas en el texto, creo que escapa a los cánones de una clásica novela policíaca -que se centra en el caso a resolver, o de la novela negra, la novela negra tiene una carga de crítica social y esta la tiene, por ejemplo, cuando Emilio Renzi acude a las prisiones de alta seguridad en Estados Unidos. O sus precisiones de las relaciones del escritor con el lector, como cuando acota: «Un libro en sí mismo, aislado, no significa nada. Hacía falta un lector capaz de establecer el nexo y reponer el contexto». Gran libro del escritor de Adrogué.

 

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