Informe de «El foco»

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El Seguro Social gastó S/ 74.8 millones en montar villas médicas en todo el país. La mayor beneficiada fue una empresa del primo de Salvador del Solar, que ganó contratos en procesos que duraron hora y media. Los hospitales se inauguraron sin autorización técnica y, al poco tiempo, presentaron fallas eléctricas e inundaciones.

11 de abril del 2020. Una carpa de color blanco se eleva a lo largo y ancho de un campo de 1575 metros cuadrados, en una zona anexa al Hospital II Geriátrico San Isidro Labrador, en el kilómetro 3.5 de la Carretera Central, en Santa Anita. Un canal de televisión anuncia: “Se construye en tiempo record hospital San Isidro Labrador”. “Fue construido en 7 días”, resaltan algunas versiones web de periódicos de alcance nacional.

En las primeras semanas de la pandemia, con las cifras de contagio en el Perú en aumento, los hospitales temporales anunciados por el Gobierno de Martín Vizcarra se volvieron una perfecta oportunidad de negocio. En el caso del San Isidro Labrador, se trató de la primera de una serie de inauguraciones que tenían el mismo esquema de presentación: la presidenta ejecutiva de EsSalud Fiorella Molinelli aparece ante las cámaras junto con el expresidente Vizcarra dando luz verde al hospital.

Meses después de aquel evento del 11 de abril, auditores de la Contraloría observaron que la villa blanca fue inaugurada sin contar con autorización técnica. Cuando se les pregunta a las autoridades del San Isidro Labrador, estos desconocen quién, cuándo y cómo se autorizó su funcionamiento. “No tenemos actas, informes, videos, ni documentos que acrediten su instalación”, dijo Pedro Llano, director del hospital, a los auditores de la Contraloría.

En total, han sido 37 los contratos firmados por EsSalud en el 2020 bajo la descripción: “alquiler de estructuras metálicas para infraestructuras hospitalarias temporales”. Estos se instalaron en Lima, Loreto, Lambayeque, Madre de Dios, Ancash, Piura, Ucayali, Arequipa, Tumbes, Moquegua, La Libertad, Huánuco, Cajamarca y Cusco. El costo total de lo desembolsado por esas infraestructuras asciende a S/ 74.8 millones.

EL FOCO accedió a documentos y testimonios que evidencian la improvisación y el direccionamiento con que fueron puestas en marcha decenas de hospitales de campaña. Los más perjudicados: pacientes que nunca se pudieron atender por la COVID-19.

Los ángeles de la construcción

“Ángeles / Arquitectura de eventos” es el nombre comercial de una de las empresas que tuvo mucha suerte durante la pandemia. Según registros públicos, el nombre oficial de la compañía dedicada a la construcción e instalación de andamios para eventos sociales es Soluciones Estructurales S.A.C. Entre marzo y diciembre del 2020, Soluciones Estructurales ganó 25 de los 37 contratos directos por la construcción de hospitales temporales en Lima, Loreto, Lambayeque, Piura, Ucayali, Moquegua y Huánuco, facturando a EsSalud la suma de S/ 51.2 millones.

Soluciones Estructurales tiene como gerente general a Daniel Byrne Labarthe, primo hermano del exprimer ministro Salvador del Solar; y como accionistas figuran Carlos Ángeles López Aliaga, y su hijo, Renzo Ángeles Small. La empresa que gerencia Byrne ganó la construcción de hospitales temporales sin tener ningún tipo de experiencia en el rubro sanitario. Este beneficio llegó gracias al Decreto Supremo 044 de la PCM, firmado el 15 de marzo del 2020 por el expresidente Martín Vizcarra, quien fuera compañero de gabinete de Del Solar en el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski.

En Lima fueron cuatro los hospitales construidos por Soluciones Estructurales: Octavio Mongrut (S/ 8 596 536), Aurelio Díaz Ufano (S/ 5 489 438), Villa Panamericana (S/ 2 231 262) y San Isidro Labrador (S/ 1 004 036). Un dato relevante es que, en el 2019, Soluciones Estructurales fue la encargada del armado de los escenarios usados para la inauguración de los Juegos Panamericanos 2019.

La historia del hospital temporal en San Isidro Labrador comenzó el 27 de marzo pasado. Ese día EsSalud emitió una orden de contratación directa por S/ 1 004 000 para que Soluciones Estructurales monte el hospital temporal en siete días. Una inspección hecha por auditores de la Contraloría concluyó que fue recién el 28 de mayo, es decir, un mes después de la inauguración de Vizcarra y Molinelli, cuando un ingeniero de nombre José Paisig Guevara, coordinador de mantenimiento del hospital, emitió la conformidad técnica de la obra.

Ante la Contraloría, Paisig sostuvo que recién tomó conocimiento de las especificaciones del hospital el mismo 28 de mayo, cuando emitió la conformidad. Su testimonio concuerda con el de otras autoridades del centro de salud, que desconocen quién autorizó o verificó el funcionamiento del hospital blanco.

Pedro Llanos Rivero, director del Hospital San Isidro Labrador hasta el 27 de abril dijo: “Durante mi gestión no se dispuso ni verificó que se haya cumplido con la instalación o puesta en operatividad de la estructura metálica para la infraestructura hospitalaria temporal del Hospital San Isidro Labrador. No recibí ninguna comunicación al respecto en tal sentido, no tenemos actas, informes, videos, ni documentos que acrediten su instalación”, según actas en poder del OCI EsSalud.

Moisés Acuña, administrador del Hospital, dijo al mismo órgano de control que “hasta el 20 de abril del 2020 no existe comunicación que se nos haya entregado para que asumiésemos la verificación del cumplimiento de los términos de referencia de un contrato que desconocíamos, que no se ejecutaba en el área de administración (…) y que no estaba dirigido al Hospital San Isidro Labrador”.

La conformidad de obra no fue lo único que faltó en el hospital temporal San Isidro Labrador. También se encontró que Soluciones Estructurales había instalado conexiones eléctricas no adecuadas para uso hospitalario y que tampoco había terminado de instalar el total de lavatorios. Inclusive, según los reportes de Contraloría, para esa misma fecha, 19 de agosto, todavía había espacios para camas UCI que no contaban con conexión eléctrica. Una de ellas es la que pudo salvar la vida de José Yupanqui, de 69 años, quien llegó a la villa de San Isidro Labrador el 13 de agosto, como cuenta su hija, Carmen Yupanqui, a esta publicación.

Su edad mayor y caer víctima del coronavirus en los meses más duros de la primera ola, lo condenaron a la escases de camas cuando más lo necesitaba. El 18 de agosto, cinco días después de su internamiento en la villa, Yupanqui falleció.

Aurelio Díaz Ufano: un contrato bajo sospecha

Correos y documentación a la que tuvo acceso EL FOCO muestran la celeridad con la que el Seguro Social firmó contratos millonarios que terminaron beneficiando a una única empresa. El viernes 19 de junio del 2020, a las 5:37 de la tarde, la Gerencia de Logística del Seguro Social pidió que un grupo de proveedores coticen la instalación de andamios para el hospital temporal Aurelio Díaz Ufano, en San Juan de Lurigancho. El hospital temporal era un centro de salud de 3600 metros cuadrados que incluía, entre otras cosas, 200 camas de hospitalización, 2666 metros cuadrados de pisos vinílicos, 661 tomas eléctricas, sistemas de ventilación, puntos de agua y desagüe.

A pesar de los variados y amplios requisitos de instalación, EsSalud dio una hora y veintitrés minutos para que las empresas brinden sus cotizaciones. Una de las compañías invitadas le comunicó al Seguro Social que no “tenía estructuras metálicas”. Otras ni siquiera se dedicaban rubro sanitario. Pero hubo una sola empresa que logró enviar su propuesta a tiempo: Soluciones Estructurales. La empresa de Byrne Labarthe envió su cotización en tiempo record a las 19:00, segundos antes de que se agotara el plazo propuesto por la Gerencia de Logística.
El 23 de junio, cuatro días después de la solicitud, las autoridades del Seguro Social dieron el visto bueno a la compra. Para esto se evalúo un cuadro comparativo de precios que contenía, llamativamente, una sola propuesta: la de Soluciones Estructurales, por S/ 5.4 millones.

Según pudo conocer EL FOCO, este y otros contratos con Soluciones Estructurales se encuentran bajo la mira de la Contraloría. No obstante, en el ente que dirige Nelson Shack existe gran presión por aquellas investigaciones vinculadas con la presidenta del Seguro Social, Fiorella Molinelli. Hay autoridades que firmaron conformidades pese a que no les correspondía hacerlo. Ingenieros que dieron vistos buenos en tiempo record y de manera equivocada. Una serie de errores y horrores cuyo hilo conductor apunta a lo más alto del Seguro Social.

Fracaso en las regiones

“El presidente Martín Vizcarra junto con Fiorella Molinelli vinieron para inaugurar villas que nunca funcionaron. Esas carpas fueron contratadas por más de 4 millones soles para tres meses, pero tuvieron muchas deficiencias y no tenían la infraestructura para darles calidad de atención a los pacientes”, dice a EL FOCO Rubén Huamaní, presidente del Cuerpo Médico de la Red Asistencial de EsSalud del Cusco.

El último martes 5 de enero la Gerencia Administrativa de EsSalud envió una carta a la empresa Fast Engenharia e Montagens S.A., ganadora de un contrato por S/ 4.1 millones por la instalación de una villa temporal en el Hospital Nacional de Cusco. En la carta, EsSalud le pide a la compañía que “confirme el desarmado de las estructuras metálicas”. ¿Por qué, en pleno brote de una segunda ola de contagios, EsSalud pide desmontar un centro hospitalario que podría salvar miles de vidas?

Se trataba de la historia de un fracaso iniciado meses atrás. El 22 de septiembre, el expresidente Martín Vizcarra y Fiorella Molinelli inauguraron la Villa Cusco, en el Hospital Nacional Adolfo Guevara Velasco. “Estamos muy contentos de poder anunciar la entrada en operación de este hospital destinado para pacientes en situación leve y moderada”, dijo en aquel entonces Molinelli.

El 12 de octubre, días después de aquella inauguración, auditores del Órgano de Control Institucional (OCI) de EsSalud reportaron que el hospital había sido instalado con fallas técnicas que impedían su uso. La Villa Cusco tenía solo 2 de 12 equipos de aire acondicionado. Y también presentaba problemas con los equipos de calefacción, haciendo que las temperaturas sean tan frías que era imposible la atención de los pacientes.

El hospital temporal tenía, además, cables de electricidad expuestos al aire libre que podrían ocasionar “riesgo de incendios” y se había instalado pisos diferentes a los ofertados en el contrato con EsSalud. No obstante, el mayor problema de la Villa Cusco era que se encontraba desprotegida ante las lluvias. “Justamente cuando inició la temporada de lluvias, empezaron a verse los desperfectos de las carpas. Fue un escándalo”, dice Rubén Huamaní.

Pero, otras regiones del país también presentaron fallas tras la inauguración de las villas para luchar contra la COVID-19. En Arequipa las autoridades del Seguro Social dieron el visto bueno a la instalación de un hospital temporal alquilado a la empresa ARQEF S.A.C., pese a que no contaba con tomacorrientes, sistemas de ventilación, ni equipos de aire acondicionado. La Villa Arequipa fue puesta oficialmente en operaciones el 25 de julio, aunque por los desperfectos no pudo ser habilitada hasta septiembre, cuando la primera ola ya había golpeado a la ciudad blanca.

Para el 26 de agosto, inclusive, la Villa Arequipa no contaba con personal médico, no había separado las áreas de infectados y no infectados, no contaba con cabinas de protección para el traslado de pacientes, no se había concluido la construcción de servicios higiénicos y presentaba problemas con su grupo electrógeno. Los 30 días de alquiler por el uso de la infraestructura le costaron al Seguro Social S/ 1 millón 20 mil.

Según relata Roger Huanca, presidente del Cuerpo Médico del Hospital Nacional de Puno , las villas temporales llegaron tarde al golpe de la primera ola. “La primera oleada nos golpeó en julio y agosto, pero el hospital blanco llegó recién el 6 de octubre”, afirma el médico, quien detalla también que en la quincena de octubre la Villa Puno tuvo goteras por las lluvias, situación a la que sumaron problemas con el sistema de calefacción. “El hospital Villa Puno ha estado funcionando hasta hace una semana más o menos, que es cuando empezaron a desarmarlo. Nunca estuvieron habilitadas las 50 camas y, como máximo, se habrá ocupado 15 de ellas”, dice Huanca.

Otros hospitales de regiones que reportaron problemas fueron las villas de Lambayeque y Tumbes, en donde se ha reportado un repunte en las cifras de contagio en los últimos días. La Villa Tumbes, instalada en la provincia de Zarumilla, fue inaugurada el 30 de agosto del 2020 pese a no contar con sistemas de enfriamiento ni de extracción de aire adecuados.

A mediados de diciembre, autoridades del Seguro Social ordenaron desmantelar los hospitales temporales ante la baja en las cifras de contagio. Uno de los hospitales desmontados fue el de Cusco. También se hizo lo mismo en Lambayeque. Lo cierto es que las regiones que recibieron hospitales que nunca fueron utilizados, pero que aparecieron entre bombos y platillos ante las cámaras, ahora enfrentan un nuevo repunte en el número de contagios.

Por: Fiorella Cubas / Fabiola Granda / Alonso Zambrano / Iván Atilano / Eloy Marchán