ESCRIBE: Héctor Tintaya Feria
El gobierno de Martín Vizcarra, no es el segundo capítulo de pensamiento Pedro Pablo Kuczynsky o el complemento de una práctica política que estaba encaminada. En realidad, por lo que ya se sabe de cómo llegó al poder, se trata de un personaje provinciano con ciertas agallas que articuló sus piezas políticas para hacerse del poder. Una vez allí se dio cuenta que no podía ser subalterno de su eventual apoyo fujimorista y entonces decidió separarse de ellos en un abierto enfrentamiento que sintonizó con grandes sectores. Acompañado de un escaparate de orientadores, columnistas y medios que se ganan los cariños de los ministerios se sostuvo hasta la llegada de los Vizcarraudios.
Al someterse al escándalo y empezar a desnudarse la precariedad del plan contra la pandemia, se hizo más evidente su debilidad y orfandad, sinónimo de lo que implica la transición. Resulta que su círculo empezaba a desbandarse dejando barro de por medio por lo que esto ha sido aprovechado para lo que sucederá hoy en el Congreso con este ademán de vacancia que no va suceder, aunque uno nunca sabe con los bolsillos flojos de nuestros representantes.
Lo cierto es que el mandatario ha dispuesto que el abogado Roberto Pereira Chumbe explique legalmente lo que él no quiere hacer políticamente ante un fuero que requiere de un enfrentamiento claro, contundente y oportuno de lo que sucedió en su entorno y las implicancias legales posteriores que tendrá que asumir y que ante el pleno debiera admitir, si quiere tener futuro político.
Una de los mayores valores como la valentía (más aún en una sociedad machista como la nuestra y que asocia esta conducta al varón) es la comparecencia en el terreno político peruano. Esto es vital, más aún en situación de transición cómo debe ser asumido esta parte del mandato de Vizcarra. Así, asistir al Congreso significaría tener la oportunidad de reivindicarse ante una situación desastrosa que apunta a anularlo como figura política. Pero él decidió que no fuese así, tal vez nos equivoquemos.
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