La lluvia en una ciudad tan calurosa es una bendición. Pero en Iquitos cuando se registran lluvias torrenciales me preocupa el colapso de las pistas. Y la razón es muy simple: desde hace un buen tiempo se conoce que dentro del casco urbano antiguo de Iquitos el sistema de alcantarillado hasta la década del ‘90 era, principalmente, de “CSN” (Concreto Simple Normalizado) y gambotas de albañilería con más de 50 años de vida útil. Vida cumplida en exceso. Esto representa un serio riesgo de colapso para los desagües de estas zonas, aunado a la falta de limpieza y desatoro de buzones y sumideros (sifones), dentro de las cuales se incluyen redes del tipo gambota, canales y tuberías. Es una verdadera bomba de tiempo las redes del desagüe de Iquitos ya que, además de la antigüedad y estar construidas de mampostería de albañilería, presentan serios riesgos de rotura al obstruirse. Esto debido a la ocurrencia continua de fuga por los drenajes de los suelos granulados, muy utilizado como material de relleno. Esta falla se debe a dos motivos: “licuefacción de suelos” y/o “Tubificación” que ocasiona el desplazamiento lento y progresivo del material usado en el relleno de las pistas (agregado fino), hacia la alcantarilla y por ende el hundimiento de las calles.
Este fenómeno de la erosión en un mismo sentido hacia un orificio de un alcantarillado colapsado, es producido por la rotura de la “gambotas antiguas”, fue la que continúa erosionando el terreno por filtraciones de agua, el mismo que pone en grave riesgo los pavimentos de las principales vías de nuestra ciudad por los hundimientos que se generan. Consta en registros bibliográficos que gran parte de la infraestructura del centro de la ciudad corresponde a la primera mitad del siglo XX. Contrariamente a lo que se podría pensar la amenaza se encuentra en la época de vaciante de los ríos, ya que se deprime el nivel de la capa freática; produciendo espacios vacíos dejados por el agua y se corre el riesgo de que se pueda ocasionar el colapso de las pistas producto de los vacíos generados en las redes Matrices y Secundarias de los desagües, como ya dije como consecuencia de la rotura u obstrucción de redes de alcantarillado. Debido a que la poca capacidad de los ductos que resulta siendo insuficiente para recolectar las aguas de las lluvias torrenciales. Contrariamente en época de creciente, el alcantarillado trabaja ahogado (lleno parcial o totalmente de agua), y representa un menor riesgo al fenómeno de “Tubificación”.
El alcantarillado de nuestra ciudad siempre fue un problema por ser mixto, es decir sirve al mismo tiempo para recolectar las aguas servidas y pluviales. Y esto resulta siendo un problema mayor en temporada de lluvias. La ciudad de Iquitos se inundaba desde la década del ‘70, cada vez que llueve copiosamente ya que el sistema integral; está de por sí, colapsado. Desde esa época ya se hablaba de la necesidad de hacer un proyecto integral de aguas pluviales. Inclusive de un proyecto mixto (incluido aguas servidas), con canales separados. El alcantarillado antiguo que tenía las “gambotas”, eran más grandes y duraban más que lo que tenemos actualmente que son tuberías de PVC de 6 pulgadas que colocaron los chinos para recoger las aguas negras (servidas). No existiendo un sistema que separe adecuadamente los dos tipos de aguas y por eso cuando llueve nos inundamos sobremanera, por el colapso de las redes principales del desagüe, que termina provocando una falla en cadena; que abarca todo el sistema del alcantarillado del casco urbano de la ciudad. Pienso que en este tema se puede diferenciar una cosa de otra, ya que se debería determinar mediante una evaluación técnica; ver qué sirve y qué no sirve, y así poder efectuar un proyecto integral serio.
Tal como ya referí, desde la década del ‘70 se hizo común que aparecieran nuevos forados en alguna de las calles céntricas de nuestra ciudad, desde esa época se hablaba sobre la pésima situación del sistema de alcantarillado de evacuación de aguas servidas y pluviales (lluvias). Por lo tanto resultaba más que evidente y preocupante que varias pistas de Iquitos estén en peligro inminente de quedar destrozadas. Es dentro de este entorno que en el mes de abril del año 1982, durante un día de abundante lluvia se produjera una inmensa grieta en la calle “Aguirre” primera cuadra, frente a la plaza 28 de Julio. El alcantarillado presentó serios daños estructurales por todo lo mencionado: La colmatación y antigüedad terminó socavando la base y la Sub-base de la citada vía. El material de tierra terminó por caer y deslizarse hacia la alcantarrilla y por eso al pasar un ómnibus de la empresa “ETUISA”, se hundió tal como se observa en la fotografía, que acompaña este artículo; y que corresponde al libro “Retratos de Iquitos / 1960 – 1990”, del reconocido fotógrafo Augusto Falconi.
En aquella época los especialistas aseguraron que Iquitos se encontraba bajo “un altísimo riesgo de hundimiento del sector de casco histórico inmanejable”. Y es que el problema venía arrastrado desde la década del ‘70, cuando se empezaron a cavar zanjas cada vez más profundas para el cambio de colectores, sin la correcta asesoría profesional. Que, además de destruir las capas naturales que impedían el ascenso del agua desde el subsuelo, dichas zanjas fueron rellenadas con material inadecuado. Con el paso del tiempo, el agua del subsuelo fue poco a poco deteriorando tanto dicho material de relleno como las capas de pavimento rígido y flexible (asfalto), dando como resultado que las vías cedan ante el paso de los vehículos con cierto peso que transitaban en ellas. El problema principal era el colapso de las redes de alcantarillado. Al colapsar las “gambotas” se venía abajo todo el estrato, la estructura del pavimento, y naturalmente la superficie también colapsaba. Definitivamente el gran problema en Iquitos era la evacuación de aguas pluviales en épocas de vaciante. Por eso es urgente implementar un sistema de vigilancia, reparación y reemplazo gradual de las pistas de casco antiguo, con el propósito de adelantarse a la ocurrencia de posibles fallas. Es cierto que estas mejoras exigen una gran inversión, por lo que su implementación debe ser gradual.
Actualmente Iquitos vive una situación parecida, ya que desde hace un tiempo nos encontramos con inmensos cráteres ocasionados por la pésima obra del alcantarillado que demandó al canon petrolero de Loreto unos 800 millones de soles sin que actualmente funcione ni el 10% del objetivo. La empresa China International Water & Electric (empresa responsable de la construcción de la obra de alcantarillado en Iquitos), ya desde que “aparentemente” concluyeron los trabajos han generado salvajes forados en un radio de 300 kilómetros. Y la ciudad se viene hundiendo por la mala compactación en el sembrado de tubos de corto diámetro que están estallando día a día lo que hace erosionar a la “isla bonita”, que prácticamente se sostiene en lozas de concreto sin base. Esto sin dejar de lado que cada lluvia en la ciudad, convierte en verdaderas piscinas las vías de circulación ya que no fluyen las aguas por el estancamiento de desagües en los buzones. Antes la lluvia era recibida como una bendición por los ciudadanos, hoy ruegan para que no llueva y maldicen a todos los que han ocasionado esas terribles circunstancias.
Esta obra del alcantarillado está llena de observaciones, cuestionamientos y denuncias hechas contra la empresa China, es que pese a la promesa de dejar las calles en el mismo estado en que las encontraron o “mejor”, empezaron a abrir y sellarlas con concreto en vez de asfalto, dejando como un tablero de ajedrez a las calles. Aunque la estética sería lo de menos si es que esos trabajos habrían sido duraderos y de buena calidad. Hoy todos están rotos y con grietas; verdaderas trampas mortales para las personas. Los ciudadanos indignados no solo tienen que circular entre subidas y bajadas, sino que cada día también se juegan la vida como en una “ruleta rusa” al tener que esquivar los profundos huecos existentes en las calles para no terminar con los huesos rotos. E incluso por esquivar cráteres algunos han fallecido al no percatarse que atrás venían otros vehículos que acabaron con sus vidas al salir despedidos de la unidad móvil como son las motos tradicionales que se usan en Iquitos. ¿Cuánto tiempo más la “isla Bonita” soportará estas lluvias? ¿Cuánto tiempo más soportaremos nosotros que nos traten como ignorantes? ¿Cuántas denuncias más se tendrían que hacer para que hagan su trabajo bien? ¿O estarán esperando que nuestra voz también “se ahogue”?