Percy Vílchez Vela
Después que el flamante gobernador de Loreto, Elisban Ochoa Sosa, recibió su credencial, se le ocurrió la peregrina idea de viajar por todo el sistema plantario solar buscando asesores y funcionarios de primer orden para que le ayuden en su gestión que todavía no se iniciaba. Eran los tiempos del recambio de poder, los momentos en que entraba con toda su furia a gobernar esa vasta y ardiente región. Pero algo falló desde el inicio. El itinerario era excesivo, era descomunal, ya que tenia que ir de planeta en planeta, de estrella en estrella, rastreando los mejores elementos. Así fue como se embarcó en un viaje que duró más de la cuenta. Tanto que en el mes de enero recién enrumbaba hacia Marte. De esa manera el señor vicepresidente, en ausencia del titular, asumió la cartera de la gobernación de ese departamento.
Desde los planetas que visitaba, Elisban Ochoa enviaba mensajes en clave para la buena marcha de la gestión. En esos textos indescifrables decía que le esperaran que él ya regresaba a gobernar. Pero sus vuelos se hicieron más lejanos y espaciados, dejando atrás a la tierra remota. En uno de esos itinerarios arribó hasta el límite del universo. Lo curioso del caso es que no encontraba a nadie para que le ayudara en su administración. No había ni asesores ni funcionarios idóneos, de manera que el gobernador viajaba con las manos vacías. Y su relevo ya había llenado los puestos con sus preferidos y obsecuentes.
Han pasado diez años desde que Ochoa Sosa inició sus viajes a través del universo. En el cielo no hay señales de que regrese con sus asesores y funcionarios. Su gestión ya ha terminado con escándalo debido a la presencia de forasteros en los puestos claves que se llevaron la parte del león. Su relevo está siendo juzgado por corrupción, y se sospecha que Ochoa Sosa nunca volverá a Iquitos porque se embarcó en un viaje sin retorno.