Quienes observamos la campaña electoral 2018 notamos hace varios meses que existe cierta frialdad en la contienda y las propuestas, serias y demagógicas, están ausentes. Pedíamos que se caliente un poco esta frialdad, más aún si tenemos en cuenta que en menos de cincuenta días nos tocará elegir a quienes administrarán los recursos públicos durante cuatro años.
Sin embargo, la calentura vino de la manera más inesperada. Desde el lado de uno que ejerce la administración regional y otro que pretende sustituirlo. Por lo menos esta semana la agenda mediática estuvo más electoral que semanas anteriores. Con ceremonias donde los jóvenes reafirmaron que se mantendrán vigilantes ante las autoridades y que no quieren que se ofrezca dádivas a cambio de votos. Otra, más protocolar, referida al Pacto Ético donde los candidatos se comprometen a respetar normas que las rompen cotidianamente. Es decir, referirse de mala manera al oponente.
Mientras se firmaba estos pactos hipocritones también se lanzaba la campaña sobre “la mazamorra de aguaje más grande del mundo”. Fue ahí donde el gobernador Fernando Meléndez -que por su cargo debe ser una de las personas mejor informadas de la región- declaró a Pro & Contra TV que no va permitir que “una mafia entre al gobierno regional, un líder que no tuvo la fortaleza de defender su organización, cómo puede gobernar una región alguien que no defiende su organización, la pregunta que deberían hacerle al señor Ochoa es de dónde está sacando la plata para la campaña, eso de cambiarse de un color a otro no es barato, no voy a permitir que una mafia quiera tomar el control de un gobierno regional que nos ha costado sangre recuperar la confianza, qué grandes intereses económicos están queriendo tomar el gobierno regional, detrás del señor Ochoa prima la codicia, las ambiciones”.
Días antes el profesor Elisbán Ochoa -poniendo el parche a lo que podría venir- convocó a una movilización hacia el JEEM y declaró al mismo Salvador Lavado que el MIL y Fernando Meléndez están detrás de la tacha que han presentado contra su candidatura. Pero como réplica a las declaraciones de Meléndez dijo: “Él se estaba retratando en el espejo cuando dijo esas palabras, ha sacado a relucir su miseria humana, se está portando así porque los que no respetan la ley delinquen y los que delinquen son delincuentes, él está rompiendo la ley de neutralidad, él no puede hablar ni bien ni mal de los candidatos y le vamos presentar una denuncia penal y electoral, un tipo de esa naturaleza no merece la más mínima consideración”
Según Fernando Meléndez el profesor Elisbán Ochoa lidera una mafia donde prima la codicia y las ambiciones y que su candidatura está solventada por grandes intereses económicos que quieren tomar el gobierno regional de Loreto. Según Elisbán Ochoa el actual gobernador es un miserable y que no merece ninguna consideración.
Para este tipo de discusiones mejor que siga fría la campaña.