Hay una interesante tradición anglosajona de bosquejar las pesadillas posibles a futuro. Las distopías. De lo que pudiera ocurrir un día en el calendario como las desazones de Orwell, vemos cámaras de vigilancia por todas partes, hemos preferido la seguridad a la libertad y nos hemos acostumbrado a ellas. Hay un gran hermano intangible que nos dicta los gustos y las modas ¿las redes sociales con sus opiniones sobre temas y personas pueden ser una suerte de primo hermano de este gran brother? Desde hace un tiempo sigo una serie que se llama “Black mirror” que aborda el posible mañana o los posibles mañanas que tiene que ver con el uso y abuso de la tecnología. Cada capítulo nos deja pensando varios días. Uno de ellos trata de una pareja de novios que viven en el campo o también llamados neorurales que adoran vivir fuera de las ciudades siendo urbanitas. Un buen día el novio sale al trabajo y tiene un accidente. El novio muere. Una amiga le dice que puede hablar con el novio después de muerto a través del uso de la tecnología. Ella está embarazada. Efectivamente, hay un programa que rastrea la vida y voz del novio, y así la novia puede hablar con su pareja que ambula por el otro barrio. Al principio tiene temor, pero luego se hace fan de esa tecnología y tiene largas conversaciones hasta casi aislarse de su entorno. Aunque la memoria y conservación de la voz es posible pero solo con lo que ha encontrado en la red. Es decir, no recuerda detalles vividos por la pareja fuera de la red. Un buen día le dice que es posible tenerlo no solo en voz sino también en cuerpo presente. Ella rompe la resistencia y hace la compra por internet. Le envían un muñeco que lo tiene que poner en la bañera por veinticuatro horas. Al día siguiente, cuando va al baño se encuentra con la imagen y cuerpo de su novio. Ella se queda pasmada. El muñeco habla y hace bromas como su novio. Es más, tienen intimidad con la novia ¿Cómo es posible, le dice ella, que tengas más recursos en la intimidad que X, el novio? Él monigote electrónico le dice que vio en la red muchas películas XXX en la red, ella sonríe. Pero con un detalle. El no sabe expresar sus emociones. Ella con los días toma distancia y al final es arrinconado en una buhardilla de la casa y oculto a la vista de los demás. La irrupción de la tecnología en nuestras vidas nos hace vivir una ilusión contra natura. El duelo, las emociones, el pasado son experiencias que la tecnología no puede reproducir. En verdad, uno siente frío en el cuerpo.

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