Terminar con esa historia de “amor” no es fácil, nadie dijo que lo sería pero si ya decidiste que ese no es tu lugar, no mires atrás. Córtalo (pero con clase). Termina con tu novio y procura que no le duela.
Piénsalo dos veces. No se vale cortarlo hoy y mañana darte cuenta de que siempre sí lo querías. No hagas lo que no quieras que te hagan.
Arma tu discurso. Es importante que no te quedes con nada. No hay segundas oportunidades, nada de dejar cabos sueltos.
Un buen día. Evita hacerlo en un aniversario, cerca de su cumpleaños, y en fechas importantes como Navidad y otras celebraciones. A menos que te haya ofendido o lastimado (física o verbalmente), termina la relación en ese momento.
Un buen lugar. Por favor, hazlo en privado. Evita los dramas y sé firme. Respétalo, un día fue tu novio, tu todo.
De frente. Ni de broma lo hagas por mensaje de texto o llamada, es de pésimo gusto.
Evita el temido “tenemos que hablar”. Hace todo más difícil. Lejos de preparar a tu chico y no darle la noticia tan de golpe, solo lo hará pasar horas de angustia esperando el veredicto. No lo hagas sufrir.
Sé sincera. Antes de decirle que ya no quieres estar en la relación, comienza por explicar tus inquietudes. No se valen los reproches de último minuto, parece patadas de ahogado.
Habla de los beneficios que tendrán ambos al separarse. Enfócate en las cosas buenas de dejar la relación, por ejemplo, que dejarán de pelear y desgastarse, que se sentirán más tranquilos, que es un buen momento para retomar proyectos.
Falsas esperanzas. No trates de consolarlo con tu amistad. Dale su espacio y respeta.
Sé firme. Nada de medias tintas. Pídele que no te busque para que sea más fácil para ambos superar la separación. No olvides agradecer lo que te aportó a tu vida.