(Poema)
Hago un alto a tanta elegancia presente.
Sí, es cierto que hay almas hermosas y felices,
puedo percibir que sus belleza
es tan pura en sus espíritu,
como también exteriormente,
fuertes cumalas en cuerpos humanos,
difíciles de talar.
Hago un alto al cantar de los hijos del viento,
dejo por un momento de contemplar la hermosa selva,
preciosa,
para contemplarte a ti,
la luna y el sol me en enseñaron algo,
me dijeron que una mirada
es más leal que una palabra.
Tus bellos ojos radiantes color miel,
ya no tiene ese dulzor irresistible de antes,
la vela que era luz en nuestros caminos,
dejó de alumbrar el horizonte;
no sientas vergüenza,
sé que no es gustoso para los labios
transmitir los malestares del corazón.
Tu mirada es leal y valiente,
ella no esconde tristezas,
me revela tus miedos, tus inseguridades,
ella me dice que soportaste lluvias con truenos y relámpagos,
chorros de aguas sucias, llenas de calumnias,
infectadas de maldad,
que llegaron a debilitarte,
enfermaron tu interior.
Hago un alto al goce de tanto amor en movimiento,
para recordarte que eres pétalo de una bella rosa,
sin ti, la perfección de ella no pudiera concebirse;
las personas herimos por desconocimiento,
los malos actos lo realizamos con el traje de la ignorancia,
en realidad,
no sabemos el daño que causamos en el hermano.
Te pido perdón,
por no fijarme con mayor detenimiento en tus ojos,
en tu espíritu, en tu verdad,
yo también soy pétalo de aquella rosa hermosa,
hermosa gracias a tu presencia;
aguantaremos juntos todas las tormentas
los ventarrones los soportaremos a pie.
Si te cansas,
seré tu reserva de energía;
si tropiezas,
seré tu punto de apoyo,
y cuando pienses que no eres necesaria,
ten presente siempre
que una rosa sin todos sus pétalos,
no alcanzaría la perfección.
Sin tu presencia,
nuestros caminos no estarían completos,
eres hermosa, importante,
eres especial.