COLUMNA: PIEDRA DE SOL

                                             

   Por: Gerald  Rodríguez. N

 

Parece que algunas prácticas terroristas y fujimoristas están volviendo aparecer por estos tiempo en nuestra región (no olvidemos que el fujimorismo tuvo prácticas delincuenciales contra varios periodistas que no se encontraban en su líneas, uno de ellos fue contra Cesar Lévano a quien se le había hecho llegar hasta el local del periódico donde trabajaba un arreglo florar con las iniciales Q.E.P.D); y estas prácticas no solo matonescas, sino incendiarias para callar a la voz que dice la verdad, que es la voz del periodismo ya se van volviendo  cada vez más comunes. Estas acciones que se acercan, y hasta  frotan con las acciones de los ex presidente  Luis Valdés de Ucayali y  Cesar Álvarez que en su afán de silenciar la voz del periodismo, fueron culpados por la muerte de varios periodistas que investigaron sus acciones corruptibles.

Y es que el atentado contra un periodista como lo hicieron contra Jaime Vásquez Valcárcel,  propietario de Proycontra, por unos desconocidos que se hicieron explotar una bomba molotov en la puerta de su casa, es parecido a las acciones del pasado fujimorista que en un momento causaron terror en el país, hasta en otras regiones por los ex presidentes ya citados, hasta terminar en la muerte de periodistas que no se declararon oposición, sino que solo demostraron la verdad que el público debía saber. Es mucho la coincidencia que las personas que se oponen al actual gobierno, periodistas o alcaldes (el caso del alcalde de la provincia de Requena, Marden Paredes, del partido político “Fuerza Loretana”, hace dos meses sufrió el mismo atentado de la explosión de una bomba molotov en la puerta de su casa; la golpiza al periodista Raúl Celis) ya es una intolerancia para los que se sienten aludido con la crítica que la prensa realiza dentro de un marco democrático.

La intolerancia fanática de atacar contra un periódico, contra la propiedad privada, es un síntoma no solo de impotencia, violencia, vandalismo, enfermedad, venganza contra la crítica, sino que también estos perjuicios pueden en un momento convertirse en mayores con la única intención de silenciar a la prensa que denuncia las irregularidades, el robo o la estafa de todos los loretanos. Incendiar el silencio, la palabra escrita, la prensa es el deseo arraigado de todo el poder. Vencer la verdad, ocultar la corrupción es lo mejor para el quien entró a gobernar con la única intención de llenarse los bolsillos. Estas prácticas fujimoristas, dictatoriales, totalitarias, e intolerantes  deben ser repudiadas en un Estado de derecho, ya que las personas que rodean el poder han heredado de su pasado fujimoristas estas acciones vándalas y terroríficas como la única solución para callar a la prensa.  Ningún loretano debe ser víctima de estos atentados por decir lo que piensa o por demostrar las irregularidades. La investigación debe ser defendida sobre cualquier cosa, porque solo por ella seguiremos siendo tan libres, para elegir o repudiar a quien solo entró a gobernar para su interés personal y con bombas quiere incendiar el silencio.