En las portadas de los diarios más importantes de la tierra, en los portales de las páginas electrónicas, en los inicios de los programas de televisión de todo el mundo, aparece siempre el señor Fernando Melendez. En postura erguida, sin mostrar ninguna señal de cansancio, sin pedir ayuda a nadie, sale cargando un imponente balón de gas. De un tiempo a esta parte, desde que se levanta con la luz del sol hasta que se acuesta arrullado por la luna, el gobernador de Loreto no deja de cargar el balón gasífero que se parece al balón de gas que alguna vez llevó a un mitin para anunciar, con bombos, platillos y otros instrumentos musicales, que el precio de ese producto iba a sufrir una visible rebaja.
El hecho de que el gobernador o presidente regional cargue permanentemente un balón de gas no incomoda a las personas que votaron por él y que esperan el cumplimiento de la antigua promesa. Pero los que se sienten intranquilos con ese cargío diario son sus seguidores más obsecuentes como Guido Coronel y Fernando Valencia. Ambos tratan de sacar de los hombros de Meléndez el ya célebre balón de gas. Pero el citado les agrede verbalmente y les conmina a no meter sus manos en sus asuntos personales.
Desde que el gobernador de Loreto comenzó con su labor de carga han pasado meses y todavía nadie sabe que para qué hombrea su balón de gas. Las especulaciones están a la orden del día y se dice que está tratando de mantener la economía familiar, buscando un gas más barato. Otras lenguas sostienen que trata de impresionar a los productores de gas del país. Las demás lenguas dicen que está buscando el momento adecuado para pedir a la población que no usen gas sino carbón o leña para cocinar.