EL SON DE POTRILLO
Por: Jorge Martín Carrillo Rojas
Escuchar las emisoras, ver los programas de televisión, revisar las redes sociales le puede a uno llevar al mundo de los seres no pensantes, en el que quien mejor usa el garrote o su lengua puede terminar condenando a otro.
De un tiempo a esta parte lo que mejor han logrado los políticos y autoridades de turno ha sido crear enfrentamientos entre comunicadores, periodistas, camarógrafos y entre todo aquel ligado a los medios de comunicación. Resulta penoso tener que escuchar o ver cómo entre llamados periodistas serios y de credibilidad se dicen la vela verde: yo sé el pasado que tienes, tú has trabajado para la corrupción, tú has creado empresa para que cobres en tal o cual entidad y una serie de aberraciones, porque uno cobra más o menos de la bendita torta publicitaria estatal que, dicho sea de paso, si no existiera quizá se tendría emisoras medianamente decentes sanos de escuchar a cada parlanchín y programas de televisión en el que no se tenga a insanos personajes que se dedican a adjetivizar a las personas.
Se critica tanto a los programas basura, cuando escuchar a más de un colega en radio o verlos luego en televisión resulta peor que los catalogados programas basuras.
Lo que en realidad termina pasando con los periodistas es que defienden a capa y espada a las autoridades de turno no por convicción ni por principios, sino porque no quieren perder sus frijolitos. Claro está decir que existen raras excepciones que estoy seguro los lectores, televidentes y oyentes sabrán distinguir.