Aprovechando los últimos coletazos de la primavera, el clima todavía conserva cierto frescor por las mañanas y se agradece, estoy atentamente leyendo un libro de Michael J. Sander sobre “Justicia ¿Hacemos lo que debemos?” Era un libro que empecé una vez y por otras urgencias de lecturas tuve que dejarlo. Pero he vuelto a él con muchos bríos. Ha sido edificante leerlo – es un libro que no da sentencias si no que te cuestiona y genera más dudas. Los tiempos actuales no están para sentencias, ni para darnos las últimas palabras pero si para cuestionarnos. Los grandes relatos han muerto, apostillaban los posmodernos. Es un clima del pensamiento el actual que cuando menos piensas te cae una tormenta o sufres días de exasperante calor. Este libro que Sander, pertenece según los libros de Ética a la cuadrilla de los filósofos comunitaristas como Alasdair MacIntyre que reivindican el regreso a la comunidad en desmedro del individualismo. A través de casos reales va poniendo a prueba los límites de determinadas posiciones filosóficas entre ellas las de Kant, Rawls, como el espinoso tema de las acciones afirmativas, el matrimonio gay, la inseminación asistida entre otras. Por ejemplo expone el caso que a raíz de uno de los huracanes en los Estados Unidos donde hubo víctimas y daños por más de once mil millones de dólares hubo un crecimiento de los precios de ciertos productos como es el caso de las bolsa de hielo que costaban dos y se vendía a diez dólares, los generadores eléctricos de valían doscientos cincuenta dólares se vendían a dos mil. Que para retirar dos árboles del tejado de una casa se pedía la astronómica suma de veintitrés mil dólares, ¿esto es abusivo hacerlo?, ¿se ha dejado de lado la solidaridad?, ¿el bien común? Y para ello hay respuestas según el pelaje de cada uno. Para los utilitaristas o aquellos que creen en el mercado se justificaba desde su punto de vista. Uno que decía que la maximización de la felicidad era compartida tanto por el vendedor y el comprador. Otro que señalaba que el mercado libre regulaba los precios. Y otros que ponían a esas transacciones pegas de índole moral, de la buena vida, Sander se inclina por esta última con argumentos muy sugestivos que el utilitarismo y los libertarios del libre mercado, muy individualistas, están dejando que lo público se deteriore que es un mal indicador de la ciudadanía democrática. Tres aproximaciones diferentes y son problemas que muchas veces nos enfrentamos a diario. Pero lo importante es ponerse a pensar, como señalaba este profesor de Harvard: La justicia no solo trata de la manera debida de distribuir las cosas. Trata también de la manera debida de valorarlas.

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