En el antro de la inspiración nacional, un compositor melenudo, vestido siempre con prendas sucias y rotas en tantas partes y adornado con aretes en las cejas, las fosas nasales, los labios, la nuca y el pupo, sacó de sus entrañas una canción que se hizo famosa en el 2015. La canción estaba basada en la vida y milagros del célebre ministro que no vacilaba en agredir de palabra y obra no solo a sus rivales políticos sino a los mismos periodistas que le hacían incómodas preguntas.
El ritmo tenía su salsa y su salero, su dengue y su cotujo, su pimienta y su rocoto y tocó fondo. Tanto tocó adentro que todo el mundo le bailaba donde fuera, hasta en el trabajo. Era tan intensa la burrestimanía que el señor Daniel Urresti fue elegido presidente de la república del Perú sin ni siquiera participar en las elecciones presidenciales. Pero eso no fue lo mejor del fandango nacional, ser que gusta del desvarío, de la jodienda, del trapecio. Lo que vino después superó todo obstáculo y alcanzó las altas cumbres de la grandeza de patria.
Sucedió que al flamante mandatario, cuando celebraba con los patas su sorpresiva elección, se le ocurrió la renuncia y, en el acto y antes de que se le queme el pastel, arrojó la banda presidencial por una de las ventanas de su casa. No quiso recoger la banda ni aceptó que alguien le ciñera a la fuerza. El citado había renunciada al trono sin gobernar ni un segundo. Lo único que quería don Daniel era bailar. Bailar desde la mañana hasta la noche el pegajoso ritmo de la burrestida. El mismo era un baile zapateador, taconeador y jaranero, que consistía en dar tremendos y terribles pisotones a la pareja.
Osea que esta bien que todo el mundo insulte al ministro Daniel Urresti y este se debe quedar callado, ya que si responde a esos insultos, esta mal? Pobres hombres… ah, y mujeres tambien que piensen de esa manera, no es justo, no hay equilibrio… mientras unos, como este caso, dicen que es poeta, insulta en su articulo, en un «medio de comunicacion», el ministro lo hace a traves de las redes sociales… no hay coherencia, son unos aberrantes…
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