Cuando los vecinos de Iquitos observaban como se levantaban de manera impresionante estos tanques elevados en diferentes puntos de la ciudad, sentían una enorme alegría porque significaba la solución a uno de nuestros problemas de siempre. El abastecimiento de agua potable las 24 horas del día. Incluso una autoridad en plena ceremonia de inauguración decía que íbamos a bañarnos en ducha hasta en un quinto piso. Hoy nada ha cambiado.