La fotografía es la memoria visual de estos tiempos, aseguraba Susan Sontag en un ensayo sobre la fotografía. Es cierto, es la memoria visual que como toda memoria es siempre parcial, es un fragmento porque el fotógrafo retrata lo que él quiere y desecha lo que no le interesa. En buena cuenta, es arbitraria. En esta misma línea, también añadir que la fotografía es interpretable, es revisable, allí, en la foto, se puede descubrir mensajes recónditos que no están en la superficie si no en la palabra, en un gesto. El viernes cinco de septiembre en este diario digital rompía página con el titular: La patraña de un pillo, y en la página estaba la fotografía de unas personas detrás de un edificio, no sabemos cual edificio porque la sumilla de la foto no lo dice. Como lector o lectora uno trata de relacionar la foto de la primera página con el titular y se le hace el cerebro una galleta para identificar al susodicho, y pregunta ¿Quién es el pillo? ¿A quién elaboró el titular y escogió la foto le ganó el inconsciente? Hay más o menos unas diez y seis personas, sólo una mujer. Así que la mujer está descartada del titular, ella no es la que se busca. Pero las quince personas restantes, sí. Repasas los rostros (como lector o lectora) ufff sientes que nos llueven las preguntas. ¿Quién es el pillo? ¿Los de traje y corbata (con mala leche se podría preguntar, ¿acaso así lucen los sicarios de la mafia?)?, ¿Los que van de bacanes, sonrientes y muy informales? ¿Quién es el pillo? Por favor, en una noticia como esta hay que cuidar el titular y la foto para no inducir a errores porque podría pensarse que es una banda de pillos o quizás eso nos quiso decir el inconsciente, y la imaginación popular. Las cosas por su nombre y al pillo también.
https://proycontra.com.pe/2014/09/05/la-patrana-de-un-pillo/
Es la puerta posterior del Congreso de la república, Miguel, y el pillo a que obviamente se refiere es a Runrrill.
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