1. Dibujar

La vieja confiable, y con sobrada razón, ya que dibujar relaja a niños y adultos por igual, utilizan el lado izquierdo de su cerebro, el lado que estimula la creatividad. No tienen que ser dibujos perfectos, simplemente que tomen un lápiz o crayola y comiencen a rayar una hoja. Puedes poner un tema para comenzar el dibujo, pero el chiste es que liberen el estrés.

  1. Juega con agua y glicerina

Toma una botella de agua, llena una tercera parte de glicerina, color vegetal y el resto de agua. Puedes colocar un objeto que va a ir de arriba hacia abajo, depende de cómo se mueva la botella. A los niños les encanta jugar con este tipo de cosas, algo que les parece casi hipnotizante.

  1. Esculturas con plastilina

El apretar con las manos resulta ser una gran liberación de tensión en el cuerpo, además de que la plastilina les encanta a los niños, ya que tienen la facilidad de ser manipulables, de colores bonitos y un juguete perfecto para convertirse en un millón de objetos diferentes.

  1. Déjalos jugar con el agua

Una tina llena de agua siempre será el mejor amigo de un niño. Dejar que interactúen con este elemento los relaja. Piénsalo, también lo hace contigo, no tendría por qué ser diferente para tus hijos. Aunque recuerda, si dejas que jueguen con agua, procura guardarla en envases para poder reutilizarla después.

  1. Aprende a respirar al soplar una vela

Coloca a tu hijo a dos metros de distancia de una vela, pídele que respire por la nariz y exhale por la boca con la intención de apagar la vela, sin presión, sin juego que lo inquiete, simplemente no puede moverse, no puede inclinarse hacia la vela, no se puede levantar.

Aprender a respirar es muy importante, ya que el oxígeno es vital para una salud del cuerpo elemental, sobre todo en grandes ciudades y vidas llenas de actividades que los pueden estresar.