Las relaciones amorosas siempre han tenido algún grado de complejidad, sin importar la época o el contexto en los que se dieran. Sin embargo, las nuevas tecnologías, la liberación sexual, el ritmo de vida en las grandes ciudades, y otros factores sociales, han modificado cada vez más las relaciones de pareja. Dando como resultado que cada vez exista un mayor número de variantes de éstas, lo cual tiene ventajas y desventajas.
Por un lado, está bien que ya no se le pongan etiquetas al amor y que aboguemos por un amor más libre en el cual nadie sea dueño de nadie, y no existan los celos, la posesión y el control; pero por otro lado, actualmente existen tantas variantes de relaciones amorosas, que puede resultar un poco confuso saber en cual nos encontramos y cuáles son las reglas que debemos seguir. Y si bien es cierto que cada pareja pone sus propias reglas, en función de lo que le convenga a ambos miembros, las relaciones actuales en ocasiones sólo son reflejo del miedo al compromiso y a la estabilidad de las nuevas generaciones.
Si alguna vez has estado en una relación abierta, tal vez en algún momento te has sentido confundida e incluso has llegado a sentir algo por esa persona, aunque no esté en las reglas, entre otras situaciones con las que seguramente te identificarás si has estado en una relación abierta.
- En ocasiones puedes encontrar cosas que no te agradan en sus redes sociales, pero no puedes decir nada, porque aparentemente sólo son «conocidos» con beneficios sexuales.
- Si salen a una fiesta juntos y de pronto comienza a coquetear con otra chica frente a ti, no puedes reclamarle nada, por muy enfadada y ofendida que estés.
- No puedes sentir celos y mucho menos hacerle alguna escena, pero cuando intentas coquetear con alguien más parece que él se molesta.
- Sabes que existe un sentimiento entre ambos, pero no quieren aceptarlo, y aveces simplemente quisieras decirle que es tiempo de formalizar la relación o adoptar algún estatus. Es entonces cuando viene la clásica frase «¿tú y yo qué somos?»
- Hacen todo lo que haría una pareja normal. Salen juntos, van a comer, al cine, a fiestas, salen con amigos, se llaman por teléfono, se envían mensajes, pero cuando le preguntas que si quiere formalizar, él claramente responde «¿Para qué? Así estamos bien.