[Por: Gerald Rodríguez. N].

 Muerto el perro, acabada la rabia, cita un dicho popular, y es que acabada ya las elecciones hay mucho que hacer, hermanos, mucho que construir con cemento solido de participación democrática y ciudadana, participación social y más que todo mucha conciencia social en los que ahora se harán carga de la administración pública de nuestros recursos regionales y municipales, y se les hace recordar lo que mucho que hay que seguir construyendo  en esta región integrada a este país tan difícil aun de entender, porque es tan difícil  la democracia que nos cuesta manifestarle con humanidad y con honestidad, la democracia que solo una vez cada cuatro años se ve salir en el resultado electorales y que luego se vuelve a guardar con alcanfor hasta cuatro años más. Donde solo el voto cuesta una vez no para un referéndum o para participar de la administración y buen gasto de nuestros recursos, sino que el ciudadano solo participa una sola vez y luego se le excluye, no se le escucha, se le reprime cada vez que este lucha o protesta por sus justos derechos; a decir verdad se le ignora y se le busca estupidizar más con mentiras y con regalitos insignificantes buscando de esta manera demostrarle que los recursos es para regalos y dádivas y no para gastarlo en favor de la comunidad entera y de los más necesitados,  cumpliendo de esta manera con las normas de gastos y con la Constitución del Perú.

Porque aún es muy difícil y gravemente difícil andar derecho, caminar por la senda de lo justo y no intentarse tirarse la plata que corresponde a todos los loretanos, a todos aquellos que democráticamente aceptaron el triunfo de quien no eligieron y que esperan que se gobierne no partidariamente sino con responsabilidad y más que todo con creatividad para dar solución a los problemas, que más aquejan a la región y que si son muchos. Andar derecho para seguir construyendo esta región que tiene marcado un historia desastrosa como parte de un retazo de una tela remendada que es el Perú, una historia marcada de corrupción y de caminares tuertos y tropezante. 

A caminar derecho y a gobernar derecho sin buscar beneficiar más a los que invirtieron su dinero en la campaña política que a los que pertenece los recurso como es el pueblo de Loreto. Las mentiras y las promesas quedaron a un lado ahora es el momento de gobernar con seriedad con la verdadera administración, esperando que no y la patria los juzgue sino que sus propia conciencia carcoma sus alma y su sentido oscuro de la vida por no haber gobernado bajo las alas de la democracia y la justicia.