COLUMNA: PIEDRA DE SOL

                                                                                        

   Por: Gerald  Rodríguez. N

Quienes pretenden ahora el poder en estas elecciones, que ya tiene mucho qué decir, son los  mismos de siempre, las mismas caras, los mismos discursos demagógicos; la misma población que escucha y cree sus mentiras, el mismo país estancado. Y es que estos candidatos ya estuvieron de alguna u otra manera en el cargo o cerca de él, conocen de sus beneficios, y el bendito bicho de sentirse poderoso, sin saber cómo dejarán al país.  Ollanta Humala quería tanto el poder, que miles de sus promesas jamás cumplió, y nunca se imaginó que iba terminar tan solo, como Robinson Crusoe, en su isla del poder, sin ningún salvavidas que le salve de las bajas encuestas. Tanto Alejandro Toledo o Alan García, también saben cómo es terminar un gobierno bajo la indiferencia de un pueblo decepcionado. A Keiko le persigue el fantasma del chino y sus males por lo que está su padre en prisión, y a Kuczynski sus recordadas mentiras de su renuncia a su nacionalidad gringa, y de las empresas que tiene en ese país, por lo que solo pretende llegar al poder por su único afán genético de lobbysta.

En el país la vena aún sangra abierta, y son los mismos enemigos que pretenden ahora el poder, de cualquier forma, pretenden probar del plato, o repetirlo, porque seremos nosotros que permitamos que el enemigo llegue a casa, se lleve todas nuestras cosas, y nosotros solo atinemos a decir: así es la política de mentirosa y demagógica. Pero por qué permitir que el enemigo llegue al poder, si cuando estuvieron en él, o cerca de él, solo se les vio defender intereses extranjeros, o que después huyeron a gozar lo robado. A estudiar en el extranjero con nuestros recursos saqueados, o a fundar más empresas con lo que se nos quitó, para no lograr mejores condiciones de vida en un país que cada día agoniza más por la desigualdad, la informalidad, la violencia y la corrupción. ¿Qué les hace pensar que si vinieron con la piel de cordero una vez, y que cuando llegaron al poder fueron los mismos lobos de siempre, en esta segunda no nos demos cuenta de que estén pretendiendo lo mismo? ¿Acaso es que la peste del olvido habita entre nosotros? ¿Qué les hace pensar que el Perú es Macondo, y que todos pertenecemos a la gran familia Buendía?

Antes no hicieron nada, y estuvieron en el poder, llegaron con las mismas promesas de hoy, que se olvidaron después. Ahora el espiral vuelve al punto donde nace el torbellino de mentiras, donde todos los enemigos bailan con el pueblo. Ahora todos los partidos políticos son del pueblo; juzgan el mal manejo del gobierno actual, sin darse cuenta que ellos terminaron igual. Ahora son doctos en el manejo de los recursos del Estado, cuando son los mismos enemigos que nunca quisieron el progreso de todos los peruanos.  Nunca quisieron mejorar las condiciones de vida, porque solo así, podrán llegar al poder después. Porque de la desgracia en la cual se encuentra el país, nacerán la promesas para algo mejor, y nunca lo cumplirán. Porque llegado el  progreso, el desarrollo, llegado la educación de calidad para nuestros hijos, no se prestará más atención a sus mentiras, a sus falsas promesas, y solo así se quedarán fuera de casa, a husmear como pueden desequilibrar el progreso que ellos nunca pretendieron alcanzar.