No hay nada más fascinante y emocionante que un viaje en bote, mejor si es en grupo, en buena compañía. Pero así, en uno de esos peque peques sin techo. Con la liberta de recibir bajo el sol la fresca brisa y disfrutar de hermosos paisajes arrancados de un sueño. Viajar así, por una sacarita, donde las orillas parecen abrazarte es una experiencia única.