Vamos mal
Una niña gitana cursaba los estudios en un país de acogida (en el país de origen recibían amenazas de muerte), los burócratas y guardias del orden en estricta aplicación de la orden de expulsión de esta chiquilla inmigrante, irrumpieron en el autobús de escolares, cogieron a una niña gitana- en medio de gritos de sus compañeros, junto con la familia y fueron expulsados a su país de origen. Esto sucedió en Francia, sí, en esa Francia cada vez más xenófoba contra integrantes de la etnia gitana y que presume de valores liberales políticamente hablando. Lo curioso del caso es que el Ministerio que se encargó de esa expulsión está a cargo de un hijo de inmigrantes [catalanes] en un gobierno que se llena la boca de ser socialista, que horror, al final la mentalidad colonial de ese hijo de inmigrantes de un gobierno progresista es la que primó. Sí, de esa cuadrilla de personas que buscaban sus sueños fuera de su país y cuando la inmigración en España era pan del día, como hoy, las posibilidades de trabajo se encontraban en el extranjero. Pero la ejecución literal de esa orden de expulsión demuestra la poca compasión de este funcionario hijo de inmigrantes y de su gobierno; ni si quiera se puso en la piel de esa muchacha, poca falta de habilidad y emoción social, ¿habrá recordado su paso de inmigración? Por eso surgen más preguntas ¿Fue necesario expulsarla de esa manera? ¿No era mejor dejar que la niña y su familia terminaran el año escolar y se discutiera su expulsión? ¿Y el interés superior del niño? Todo, todo se fue al traste en ese país que se enjuaga la boca y muestra al mundo los orígenes de los derechos fundamentales, deberían avergonzarse y abstenerse de dar clases sobre la condición humana. Que despropósito [sin embargo, las encuestas avalan la actuación del Ministro de orígenes inmigrantes]. El dislate fue creciendo a mayores cuando el presidente francés señaló que la niña puede volver pero no su familia ¿? Fue la puntilla final de la soberbia francesa. Lo hicieron mal y no quieren reconocerlo. Han traspasado las líneas rojas de la ética de la condición humana.