Los periodistas chilenos coincidían en que su país siempre tenía un obstáculo al momento de encarar a las grandes potencias mundiales del futbol. “Era una especie de complejo de inferioridad” decía uno a través de la cadena deportiva Fox Sport. Hoy, ese complejo se terminó o se inicia para creerse de ahora en adelante que Chile debe estar figurando como cabeza de serie y codearse con los grandes equipos. ¿Por qué no?
Aunque muchos en el país del sur se anticipan y temen que sea sólo un sueño lo que están viviendo, se preguntan aún. ¿Por qué si estamos dejando el subdesarrollo y somos ejemplo de países en otras áreas, porqué en el futbol no sucedía ese desarrollo? La respuesta no sólo involucra el futbol, por supuesto. Abarca otros aspectos que han arrastrado históricamente, pero que a partir de un triunfo contra el campeón del mundo pueden ir derrumbando. No por el triunfo en sí, sino por la categoría y personalidad con la que se logró.
El fútbol responde a factores de historia, educación e identidad. Siempre se ha dicho, pero la mayoría de los periodistas en el Perú y los idiotizados hinchas de nuestro futbol, entienden sólo desde el color de camiseta y a través de algunos retrasados e indisciplinados que les llaman ídolos. La generación que fue construyendo Bielsa y que ha continuado San Paoli recoge lo mejor de este juego mapuche. O Acaso creen que un entrenador que se respeta agarra un equipo sólo por ganar unos dólares, eso lo hacen los pusilánimes, los de verdad, asumen que hay madera y condiciones sociales en esos hombres.
Y eso fue lo que demostraron. Ahora la economía, los dirigentes serios y una afición que cree en sus ídolos (más de 40 mil están en Brasil), saben que Chile crece en todo sentido. Acá en el Perú aún estamos cojos y nos arrastramos hacia un modelo de crecimiento que no genera entusiasmo. Y ni hablar del futbol nacional. Una tira de equipos mediocres, y unos semi analfabetos que van detrás de una pelota a los que la mayoría de peruanos “admira”.