[ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel].
La aparición pública del alcalde electo de Belén, Richard Vásquez Salazar, junto al regidor electo de ese mismo distrito, Raúl Llerena Vásquez, habrá llamado la atención a más de uno. Más aún si la misma se produjo de la manera más inesperada en el set del programa de televisión Pro & Contra que –con ciertas intermitencias- este articulista conduce en canal 23 de Iquitos.
Las primera palabras de quien ocupará la Alcaldía de Belén, al que postuló en las filas del Movimiento de Integración Loretana (MIL) fueron de respeto y aprecio hacia quien gestó la creación de ese distrito hace quince años. Pero ese comportamiento de la futura autoridad no se limita al reconocimiento por el trabajo realizado en pos de la creación del Distrito sino que se proyecta a que ambos trabajen juntos durante los cuatro años de gestión del MIL. Y ese comportamiento del regidor electo se deberá –entre otras cosas- a que se ha dado cuenta que la única forma de mejorar la condición de vida de sus paisanos es juntándose a quien gobierna. Ambos se necesitan, finalmente. Además ni Vásquez Salazar es un militante sectario de las filas del MIL y ni Llerena Vásquez es un activista dogmático de Fuerza Loretana. Ingresaron por dichas agrupaciones pero es muy poco lo que deben –política y electoralmente hablando- a ellas.
¿Se podría considerar aquello como una traición prematura de Raúl Llerena? No. Porque fue un invitado en la lista de Fuerza Loretana y –más allá del agradecimiento natural por la oportunidad- no está sujeto a las directivas de esa agrupación. Y si para la campaña electoral hizo buena química con el candidato de FL no suena contradictorio que lo haga con el hoy alcalde electo. Más aún si ambos les une de alguna forma el apego a la música –siendo un poco lúdicos- y desean que las cosas mejoren en la jurisdicción que hoy muestra más detalles de inseguridad e insalubridad.
Ojalá que esa unidad mostrada la noche del miércoles en el programa aludido en el primer párrafo no sea por intereses ajenos al bienestar de los electores que los llevaron a ese cargo. Ni de parte del alcalde ni tampoco del lado del regidor. Claro que esa aparición motivará de los representantes de ambas agrupaciones las más justificadas sospechas. Total, en el país impera la desconfianza. Y si alguna característica recorre el escenario nacional de la política es que todos son sospechosos de algo. Eso no es el problema. Sí lo es que dichas sospechas se comprueben en la realidad. Para ello no solo el periodismo sino los actores políticos tienen que estar atentos. Pues si se resalta la unidad mostrada por el bien de Belén no será nada exagerado resaltar si la misma degenera en otras cosas alejadas de ello.
Unidos por Belén no sólo es el nombre de la agrupación de la que es líder y fundador Richard Vásquez sino parece que será la característica de su gestión. Y más allá de las alianzas electorales y compromisos de grupo es lo que debe primar en una gestión. Ojalá así sea.