El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO volvió a poner la mira sobre Machu Picchu durante su 47.ª sesión, el organismo evaluó la situación actual del santuario y expuso una lista de alertas que comprometen la gestión del Estado peruano. Aunque el Comité reconoció avances en el control de visitantes y en la conservación de la llaqta, también encendió las alarmas: el número de turistas diarios supera el límite aprobado en el estudio de capacidad de carga de 2015. Esa cifra preocupa por su impacto directo en la preservación del sitio arqueológico y en la sostenibilidad del turismo en la zona. El organismo pidió al Perú entregar información clara sobre su política de manejo de visitantes. Además, exigió una evaluación técnica que demuestre si el incremento de afluencia cumple las condiciones de protección patrimonial.

Presión turística y futuro turístico de Machu Picchu

El Comité analizó la actualización del Plan Maestro de Machu Picchu, que incluye el Plan de Uso Público y un nuevo Reglamento de Zonificación. Los documentos, aún inconclusos, definirán el modelo de gestión futura del sitio. El organismo instó al Gobierno a culminarlos y remitirlos para evaluación. Destacó también la Ley N.º 31770, que obliga a realizar una Evaluación de Impacto Patrimonial para cualquier obra dentro o cerca de bienes del Patrimonio Mundial. Esta norma busca frenar proyectos que afecten el Valor Universal Excepcional del santuario, pero su cumplimiento todavía genera dudas entre expertos y autoridades locales. Uno de los puntos más sensibles fue la Evaluación de Impacto Ambiental del Aeropuerto Internacional de Chinchero–Cusco. Aunque el Comité celebró su culminación, pidió al Estado presentar un Plan de Acción con medidas de mitigación antes de que inicien las operaciones. La construcción del aeropuerto despierta temores por el aumento de la presión turística sobre el Valle Sagrado.

Fallas de gobernanza y alertas locales

El Comité denunció problemas de gobernanza dentro de la Unidad de Gestión de Machu Picchu, que perdió mecanismos directos de financiamiento. Esa falta de autonomía pone en riesgo la capacidad de reacción ante los daños o desbordes turísticos. También expresó su inquietud por la ausencia de información sobre el Centro de Visitantes, cuya evaluación patrimonial sigue inconclusa. Pidió incluir a las comunidades locales en el proceso, para evitar decisiones tomadas desde Lima sin consulta territorial. En el terreno, el SERNANP y la Municipalidad Distrital de Machu Picchu formaron un Comité Técnico de Ordenamiento Territorial Rural. El grupo intenta frenar invasiones, saqueos y cambios ilegales en el uso del suelo. Sin embargo, el Comité solicitó pruebas concretas sobre los resultados obtenidos. La UNESCO lamentó la falta de avances en la creación de la Reserva de la Biosfera Machu Picchu–Choquequirao. El organismo espera un informe detallado antes del 1 de febrero de 2026. En resumen, el futuro turístico de Machu Picchu enfrenta un doble desafío: mantener su atractivo económico sin desbordar los límites que garantizan su conservación. La advertencia está sobre la mesa. El reloj ya corre.

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