Por lo visto el gobernador regional de Loreto Elisban Ochoa no la tiene nada fácil, será acaso por el mal asesoramiento que viene recibiendo por parte de su propia gente que la única acción de realce que tuvieron fue hundirle en la aceptación loretana. Más aún, las redes sociales que divulga un posible contagio del COVID-19 de su persona, y la alegría de muchos al saberlo porque quizás así, según ellos, se solidarice con lo que aqueja a la región, aquejamiento mortal que ya está cobrando la vida de muchas personas, amigos y familiares por montones.
Pero de todo ello, lo más hilarante, es que la misma gente, que en época de campaña pedía a viva voz que votarán por él por tener experiencia política, ahora son ellos mismos los encargados de darle cuchilladas. Recordando así que hay Judas por montones en toda sociedad.
Ante ello, señores, recordarles también, que, quizás, tampoco el señor gobernador tenga la culpa por lo que sucede en nuestra región, recuerden también que existen alcaldes y congresistas, que una vez, en su juramentación, dijeron que lucharían por los intereses de los loretanos, pero que hoy en día están en confinamiento (quizás se los está exigiendo cosas de los que en realidad puedan dar).
Solo sé señores, y ya con lo suscito en estos días que una sociedad organizada es más efectiva que el estado en manos de un gobierno inútil (o mejor dicho nefasto). Y eso lo pueden corroborar con la acción realidad de la ciudadanía en colaboración con la iglesia católica, de la mano del padre Raymomd Portelli y del padre Miguel Fuertes.