Una de las muchas tardes al lado del río Charles conversábamos sobre libros y autores. La sombra de los árboles nos daba esa tranquilidad. El fondo de esa postal eran hombres y mujeres practicando piragüismo con gran ahínco. Era un verano tórrido pero cuando llovía los rayos y truenos nos hacían sentir su presencia en el cielo y en la tierra. Recuerdo que el primer día en el campus me mojé entero por la lluvia. Era un bípedo que vivía en la floresta pero aquí el calor era muy diferente al trópico húmedo. Te querías sancochar en vivo. Tomaba botellines de agua como un desesperado, tenía que paliar la deshidratación. Le comentaba de mi viaje hasta Boston que en el Museo de Arte de Washington me topé con una escultura que decía “Rape” y casi me dejó en el suelo con la sola impresión. Ella me miraba seriamente, dibujó una leve sonrisa e interpretó lo que me había pasado. En su interpretación lo enhebró con el primer cuento que había escrito “Pashurita” – en verdad, no sé si se publicó en una revista de la floresta porque nunca pude verla sobre el papel. En el relato que se publicó (¿?) recreaba una deleznable situación de injusticia que para muchos era muy normal, era el mundo del macho alfa en que crecía. Pero me quedaba absorto de sus explicaciones y detalles que ella, con sus cabellos rizados, me daba sobre la escultura y el cuento. En esa época, de mis años verdes, me viene a la memoria que recordaba y recitaba casi párrafos enteros (inclusive veía hasta el número de la página) de textos que me habían impresionado, hoy esa habilidad, desgraciadamente, la he perdido. Así nos nutríamos en ese verano. Recuerdo que en una librería en mostró un libro de Gastón Bachelard sobre los sueños. Era un autor que ignoraba y ella me habló de su obra y me alentó a leerla, así era Sula, motivaba a la lectura, a la música que era su gran pasión. Ese verano era un mangle ideal para repensar las ideas. Mirando atrás evoco que fue un grato verano, un saneamiento personal. Sin embargo, huroneando mis recuerdos de esos días no tengo ninguna foto de ella. Pero pervive en mis recuerdos esas lecciones de vida.
P.D. El cumpleaños de Sulamita Gottlieb era un 4 de septiembre.
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