Una ilustre visita
En la guía de visitas a esta ciudad y su caos de alcantarilla, su picaresca celebración de fiestas ajenas como de Arequipa, Huancayo, Machu Picchu y otros pretextos de farra, su principal biblioteca cerrada, su intento de venta del archivo edil para envolver pescado, sus callejeros juegos de azar y tantos otros desatinos de ingrata recordación, figurará en breve la visita de un varón ilustre de veras. Escribimos sobre el actual presidente de la Academia Peruana de la Lengua, máximo profesor universitario, periodista de los mejores y, en suma, poeta mayor de la poesía nuestra.
Escribimos sobre don Marco Martos. El poeta de la corrosiva crítica a la inautenticidad de la existencia en cualquier metrópoli, al mal amor de todos los días, a los desmanes de tirios y troyanos, viene a esta plaza donde reinan los comerciantes de inventos ajenos. Viene en misión cultural como debe ser, invitado por Tierra Nueva como no podía ser de otra manera. El autor de tantos buenos poemas viene a presentar la última de las publicaciones de la editora citada, el libro de Carlos Reyes Ramírez, “Animal de lenguaje”.
El renombrado integrante de la brillante Generación del 60, el autor de tantos libros importantes para fecundar la buena lectura, que conserva intacto su querencia a su tierra piurana, que se considera pariente de los loretanos o los amazónicos por su relación cercana con un familiar del gallardo capitán Guillermo Cervantes, viene pronto a dar brillo a un evento editorial. A un acto cultural. Donde se hacen tantas burradas en ese rubro, donde se gasta más dinero en carnavales que en fomentar el amor a los libros y donde, para variar un poco, se sigue ocupando el último lugar a nivel nacional en comprensión de texto, una visita así es en verdad importante.