ESCRIBE: Tato Barcia
Desde el viernes 5 de julio está en marcha una huelga indefinida de 54 federaciones indígenas pertenecientes a 12 cuencas amazónicas, que incluye el bloqueo de los ríos Marañón, Ucayali, Huallaga y Napo. Las medidas de protesta (toma de estaciones, embarcaderos y zona de reserva petrolera) fueron anunciadas luego de que se frustraran las negociaciones con el Ejecutivo para tratar de encontrar una solución al pliego de reclamos.
El conflicto es complejo y a veces confuso pues presenta varias aristas; en la discusión se debe tener en cuenta que las organizaciones indígenas hacen referencia a dos procesos de consulta previa diferentes, por un lado uno que debe darse si se aprueba un nuevo contrato de exploración petrolera; y otro que ellos desconocen y que permitió la actividad de la empresa Frontera Energy. A estos dos pedidos se suma también la remedición de derrames petroleros de hace más de 40 años, ya que el Oleoducto no ha tenido reparación alguna desde su instalación y que a pesar de estar paralizada las actividades esta ya no soporta la presión por lo que genera derrames y que la explotación petrolera no garantiza el bienestar de las tierras de los indígenas, quienes han sufrido el atropello de sus derechos. aducen también que no encontraron la seriedad del caso para tratar el tema de la contaminación petrolera en la Amazonía peruana y que por tal motivo ellos continuarán con su medida de protesta hasta ser escuchados.
Las federaciones indígenas pueden caer en un error si consideran que esta huelga solo se levanta si es que consigue la integridad de los puntos de su plataforma de lucha. Los dirigentes del gremio pueden caer en un error si es que consideran que con la confrontación y la radicalización de sus acciones pueden conseguir ese objetivo. Este deseo de lograr victorias estratégicas ahora, tiene a la base valoraciones y concepciones políticas que son cuestionables porque pueden llevarlos a posiciones de intransigencia que cierran salidas tácticas para sus comunidades y para las organizaciones de la sociedad civil que los respaldan.
En las circunstancias actuales no existen las bases ni las condiciones objetivas como para permitir una salida táctica a la crisis, porque tienen la posición de acelerar la confrontación en la perspectiva de conseguir una crisis política mayor. Lo que da la coyuntura ahora; lo que permite la fuerza que hoy tiene estas “federaciones indígenas”, sería que tengan una salida táctica. Que les posibilite una salida para consolidar lo logrado; el reconocimiento y legitimidad de ser los reales representantes de sus pueblos y etnias.
Por otro lado esta huelga cuenta con el apoyo del “Asociación de Armadores Navieros y Actividades Afines de Loreto” (AARMN). Quienes indicaron que las embarcaciones fluviales no saldrán a sus destinos, por lo que paralizaría el tráfico naviero y rompería la cadena logística entre Pucallpa / Yurimaguas e Iquitos, se estima que existe entre embarcaciones chicas y grandes alrededor de 900 naves en Loreto. La agenda de reclamos de este gremio empresarial, va desde que se disminuya el pago del 29.5% del Impuesto General a la Renta al transporte fluvial de carga y pasajeros, y se homologue con el sector turismo, que es de solo 5% anual. Y exigen la suspensión inmediata de los cobros coactivos de multas por parte de la SUNAT. Los Armadores se niegan a implementar Equipos de Posicionamiento Satelital, a pesar que la Capitanía de Puerto cuenta con un centro de monitoreo satelital moderno en la Base Clavero de la Marina de Guerra; la pregunta es: ¿Como van a auxiliar a una nave en caso de un siniestro?. En Brasil esto,está implementado hace más de 20 años! También se oponen a la actualización de los procedimientos, reglamentos y hasta el TUPA respectivo, que apuntaban a dinamizar el servicio de transporte fluvial, y sobre todo formalizarlo en condiciones mínimas de respeto a los ciudadanos amazónicos, sean pasajeros o trabajadores de este sector. Seguro, remuneraciones acordes con la normatividad vigente, etc.
Siguiendo con la absurda lista de reclamos piden que la Autoridad Portuaria Nacional agilice el trámite para el funcionamiento debidamente formalizado de los Embarcaderos Alternos al Puerto de Iquitos, los cuales en realidad son un auténtico desastre y un peligro para la seguridad de los usuarios. Pero lo más absurdo es que están “en contra” de la concesión de las Hidrovías de la Amazonía Peruana, ya que nos quieren hacer creer que han vendido los ríos de Loreto, que es un atentado contra la economía y la ecología fluvial, que el dragado de los ríos pone en riesgo los humedales más importantes de Loreto. Y que implica el cambio del curso de los ríos, y por lo tanto de las islas o lagunas de alrededor. Esto afectará directamente a la Reserva Nacional Pacaya Samiria, que se encuentra en la confluencia de los ríos Huallaga, Marañón y Ucayali. Y otros puntos igual de estrafalarios. Que considero a todas luces indebidos o exagerados.
El proyecto Hidrovía Amazónica se tiene programado que será aprobado el segundo semestre de este año. El cual respetará el ecosistema y a comunidades aledañas a los cauces de ríos Marañón, Huallaga, Amazonas y Ucayali donde se desarrolla, ratificó el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Durante una reunión con representantes de diversas instituciones públicas, la Dirección General de Transporte Acuático (DGTA) del MTC abordó las características, ventajas y desafíos del proyecto Hidrovía Amazónica. Después de un largo proceso de consulta previa, de afinamiento de sus características técnicas, de evaluaciones y validaciones institucionales, este proyecto tiene que ir de todas maneras. Recordemos que este proyecto busca permitir la navegación de naves de mayor calado en ríos amazónicos para facilitar el transporte de mercancías en la Amazonía peruana. La obra implica el dragado para la remoción de rocas, arena, sedimentos y otros materiales de al menos 13 Malos Pasos (tramos de ríos de muy poca profundidad) a fin de que los ríos Amazonas, Huallaga, Marañón y Ucayali tengan suficiente profundidad para permitir el pase de estas embarcaciones comerciales.
La obra requiere crear un canal de navegación de un máximo de 56 metros de ancho para el tránsito de naves de 1,8 metros de calado en los ríos Huallaga, Marañón, Ucayali y Amazonas, en cuyas riberas se asientan 424 comunidades nativas, de 14 etnias distintas, a lo largo de 2.687 kilómetros de estos ríos. Con una inversión inicial de 95 millones de dólares y a cambio de una concesión por 20 años. La concesionaria China “Cohidro”; lo que permitirá una navegabilidad segura y eficiente en la Amazonía, además del desarrollo económico, un mayor comercio con Ecuador, Colombia y Brasil, así como la reducción de costo del transporte fluvial, entre otros. Años atrás se ha tratado de atender esta problemática y esquivos gobiernos regionales y nacionales lo ha desatendido. Es en el marco del entendimiento, y de la visión de que Loreto, goce de los beneficios del corredor IIRSA – Amazonas, se hace necesario atender este sector y de la mano, con temas y servicios portuarios. Caso contrario, solo lo veremos transitar embarcaciones extranjeras de paso por nuestra Región. El GOREL debería tener una visión y planes de acción más retadores con cara a este problema; para convertir a Iquitos en ese HUB (Centro Logístico de Distribución) de la amazonia. Por ello considero indispensable invocar al dialogo y al trabajo articulado para cerrar las brechas de las comunidades indígenas amazónicas.
Este conflicto, quizás se resuelva por cansancio, pero nos deja muchos pasivos, como el atropello de los derechos al libre tránsito, al trabajo, con los bloqueos de los ríos. Todos los gremios han adquirido un nivel de tolerancia, realmente preocupante; los Loretanos hemos entendido que esto es un derecho a la protesta, y queda relativizado. Bloqueos de calles e impedir el libre tránsito en nuestra ciudad, ya no causa la indignación de nadie y es visto con tolerancia…Se ve como un deporte o un juego de “cachacos y ladrones”. En mi más sesudo análisis no puedo pensar que los indígenas, indignados puedan hacer sabotajes al oleoducto. Para éstos sabotajes mayores se requiere experiencia, estrategia, y ésta no viene de los nativos, viene de infiltrados extremistas. Sin embargo éstos “angelitos” tienen la simpatía de mucha gente, indígenas incluidos. Muy a pesar que se pone en riesgo de paralizar toda la actividad fluvial en la Región Loreto. Y allí me detengo para preguntarme…¿Cómo es que se están trastocando los valores de los futuros ciudadanos de Loreto?…¿Qué espera a las futuras generaciones cuyos padres fueron tolerantes a ésta situación?…Lo que queda en la población es: “Gobierno insensible”, y abusos contra los pobres indígenas.