Tu mirada, qué pretendes con tu mirada, tan misteriosa como la selva misma, tan profunda como las noches amazónicas. Ahí estas con tu imponente belleza y esa cabellera suelta al viento como hojas de palmeras.
Tu mirada, qué pretendes con tu mirada, tan misteriosa como la selva misma, tan profunda como las noches amazónicas. Ahí estas con tu imponente belleza y esa cabellera suelta al viento como hojas de palmeras.