Dicen que el abrazo del oso es peligroso, pero no creemos que este hormiguero sea de los que hay que tenerle temor, total, la turista parece ser su amiga de toda la vida. Y ojo, los animales no se equivocan. Es un abrazo afectuoso, cálido como la selva misma. A manera de reflexión, sin embargo, esta imagen nos lleva a preguntarnos, ¿y por qué algunas personas y autoridades no son así de atentas, amables y confiables con los visitantes? Ojalá, podamos algún día tener la nobleza de los animales y tratemos bien a todo aquel que llegue a la casa del Dios del amor.