En estos tiempos de redes sociales harían mal los cuatro congresistas por Loreto en focalizar su relación con la población solo en Twiter y Facebook. Las redes sociales son un complemento necesario pero no excluyente. Y ya sabemos que la realidad virtual puede llevar a errores de percepción. Por experiencia propia y de otros colegas se llega a la conclusión que todos los representantes parlamentarios que Loreto eligió usan las redes sociales pero algunos se han vuelto esquivos a la prensa. En esta lista la que lleva la delantera es Tamy Arimborgo, quien cotidianamente coloca en las redes fotos y textos de las actividades que desarrolla pero se niega a dar declaraciones a los medios masivos de comunicación. Coloca como barreras a gente de su alrededor en lugar que sean filtros necesarios de una antesala noticiosa.
Tanto Patricia Donayre, Jorge Meléndez y Juan Carlos del Aguila –con insistencia periodística justa y necesaria- se han mostrado dispuestos a declarar sobre las acciones que desarrollaron en el primer mes de la gestión. Y, por experiencia, se sabe que es en los primeros días que se conoce el perfil que tendrá cada parlamentario en el quinquenio que le tocará representar a Loreto. Con estos antecedentes haremos en pequeño perfil de los congresistas que elegimos.
Tamy Arimborgo luego de su juramentación pidiendo indulto para Alberto Fujimori que le llevó a ser protagonista del resumen mediático de esa primera jornada legislativa ha desaparecido de los medios. Nadie le toma en cuenta y, lo peor, parece que poco le importa su relación con los electores. Cree que refugiándose en alguna organización religiosa los ciudadanos respetarán su labor. Es un error terrible que más temprano que tarde tendrá que enmendar. El entorno que posee no puede funcionar como barrera sino como filtro para todos los fines.
Juan Carlos del Aguila comete un error si considera que presidir la Comisión de Relaciones Exteriores le dará capacidad mediática para ponerse en la agenda de los medios nacionales y locales. Si no conoce las relaciones internacionales desde el Parlamento es tiempo que pueda estudie el sector porque de lo contrario dentro de once meses tendrá que dejar ese cargo para irse a otro con igual deficiencias. El rol que todo parlamentario tiene de acompañar a las autoridades y pobladores en la gestión de sus asuntos es importante y seguro que lo hará bien. Pero mostrarse como opositor frontal contra la gestión de Fernando Meléndez hará que varios alcaldes dejen de tocarle la puerta. Porque, dejémonos de palabreos, quien tiene llegada al Poder Ejecutivo es Fernando y su hermano por tiempo indeterminado, que puede ser corto o durar el quinquenio completo.
Jorge Meléndez Celis se encontrará con la disyuntiva de bailar al ritmo de su hermano o escribir su propia partitura. El tema del gas terminará explotando en su rostro cuando –tarde o temprano- se descubra los detalles del transporte y la adecuación de embarcaciones en el río Itaya. Una de sus labores –no escritas- es proponer a los nuevos jefes de las entidades que dependen del Poder Ejecutivo. Pero, ya sabemos, que es arma de doble filo. Los primeros cambios en los proyectos especiales servirá como muestra. No parece desesperado por aparecer en los medios pero tampoco quiere pasar desapercibido.
Patricia Donayre está bien en redes, mejor en los medios masivos y se equivoca si cree que cada visita a Iquitos estará únicamente en la pantalla de su canal. Eso ni en campaña es lo más recomendable. La reforma electoral –tema que conoce muy bien, a diferencia de JC del Aguila en RR.EE.- le mantendrá en agenda como ya se ha visto el último fin de semana. Apareció en todos los medios nacionales y locales respetables. Es la que mejor domina los temas que aborda, con algo de “necesaria” demagogia que, dosificada, sirve para que los medios nacionales se interesen en ella. Aunque la respuesta que le dieron en “Hildebrandt en sus trece” debe servirle para recordarle que todos la recuerdan sus cambios de camiseta.