Tan dramático y doloroso es que una madre y tres de sus hijos pierdan la vida en un accidente fluvial por negligencias que aún falta determinar, como que un niño de la etnia Shawi muera, porque las demandas sociales, en este caso del sector salud, le niega la atención. En ambos casos creo que ya dejamos de ser seres humanos para pasar a ser animales de dos patas.
Algo muy grave nos debe estar pasando para que estemos yéndonos al barranco como sociedad.
Un sujeto decide hacer colectivo en una embarcación fluvial de madera sin reunir las mínimas condiciones. Decide llevar adultos y menores como si se tratase de animales. La frágil embarcación zozobra porque, según versiones de sobrevivientes, una embarcación mayor, acoderada en un puerto informal, «formalizado» para el atraque de naves no se sabe por quién, prende los motores y genera que la rústica embarcación con más de 15 personas a bordo naufrague.
Marlene y tres de sus cuatro hijos que iban con ella -solo una se salvó- no logran salvarse y se confirma oficialmente su muerte horas después. A días de cumplirse una semana de este fatídico accidente fluvial, aún se desconoce en qué nivel están las investigaciones a cargo de la fiscalía de turno y de Capitanía de Puerto. Ojalá que realmente se sancione a los responsables y este hecho sirva para de una vez por todas se tome en serio la formalización de los puertos y mayor seriedad en cuanto a las condiciones en que se viaja por los ríos de la Amazonía. Responsabilidad que por cierto es compartida, tanto por quienes ofertan este servicio, como por quienes usamos este método de transporte, sobre todo en cuanto a la seguridad, porque no exigimos que este servicio cuente con lo más mínimo que son los chalecos salvavidas.
No terminamos de asimilar esta desgracia que enluta a una familia y desde Yurimaguas llega la noticia que un niño de la etnia Shawi fallece debido a que la huelga de los trabajadores del sector salud y de los médicos les lleva a enfrentamientos y dejan de lado la preocupación por la salud de los demás. El menor ha dejado de existir y ahora se busca responsables con pedido que viene desde el ministerio, con una ministra, que creo conoce poco de la realidad de los hospitales, postas, infraestructura y condiciones de los trabajadores y médicos de su sector. Es decir, quienes tienen que velar por la salud de los demás están en estado de coma y la que debe atenderlos, es decir la ministra, desconoce ello.
Así de negro ha sido la semana que pasó y empezó en la región. Días que dejan en el olvido lo dicho por PPK en su mensaje. Es necesario que así como demandamos atención del gobierno en todo orden de cosas, nosotros los ciudadanos hagamos un mea culpa de cómo estamos participando en la vida diaria de esta ciudad y región. Aprovechemos el tiempo que nos queda por buscar construir un mejor mundo para quienes vienen detrás de nosotros. Ellos nos van a agradecer.
@reporteropro