Este año se ha hecho más visible el año chino celebrado, al menos, en Madrid. Seguro que en otros lugares lo habrán celebrado, no tengo constancia de hacerlo visible. En los partidos de la liga de fútbol se vieron letreros alusivos al año chino que este vez es la del gallo. Esa celebración es una gran metáfora cultural y del tiempo – ellos y ellas están en otros años, y tienen otras tradiciones pero integradas a otro mundo cultural. El barrio de Usera, en la capital del reino, es la zona donde la comunidad china, mayoritariamente, se han afincado, hay cerca de diez mil personas de esa nacionalidad. Pero están en casi todos los barrios. Puede decirse que Usera es una suerte de Barrio chino, en el sentido más amplio de la palabra, como en Lima el de Capón. Pero Madrid tiene muchas caras. Como el barrio de Lavapiés, un barrio crisol, están radicadas otras comunidades de ciertos países de África, personas latinoamericanas y de otros continentes los incluidos europeos. En ciertas calles se puede respirar el curry, por ejemplo que nos transporta a otros lugares y escenarios. La tienda donde venden verduras y frutas, cerca de casa, lo administran y son dueños unos empeñosos muchachos paquistaníes. Con toda esta diversidad cultural mucha gente madrileña, que puede extenderse a otras poblaciones de España, todavía tiene una mirada de redil, de covacha, y no entiende a cabalidad lo que está pasando en el mundo. La globalización económica es finlandés para esta gente. Me pongo a pensar como así que un grupo de inmigrantes españoles (de diferentes regiones) invadieron gran parte del continente americano con relativo éxito, presumo que los que se quedaban en el continente europeo tendrían miradas más amplias por la experiencia de sus familiares y conocidos que se fueron a buscar los frejoles o lentejas fuera de casa. Pero no. Infelizmente, se vuelven tozudamente carpetovetónicos. “A la población inmigrante solo nos quieren de visitas cortas, pero cuando ellos van a las Américas no tienen plazo de vuelta”, rezongaba un amigo de Quito con grumo de fastidio. A raíz del año chino hicieron un torticero reportaje para la televisión estatal de nivel nacional – bajo el timón de los conservadores, desgraciadamente, solo de repitieron tópicos como la pérdida de los castizo de parte de la población local de cara a los nuevos vecinos, que esto ya no es lo que era antes entre otros lugares comunes cerriles. Con toda la riqueza intercultural en sus narices estos torpes, los que hicieron el reportaje, lo enlodaron todo. Mostrando así uno de los rostros mezquinos más de la globalización.
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