En el Diccionario de la RAE se señala el significado de desacostumbrar: Hacer perder o dejar el uso y costumbre que se tiene. Ese significado persiste a lo largo de los relatos de Jhumpa Lahiri en “Tierra desacostumbrada”. Son historias que me han removido las carnes y el espíritu. Son personajes a las que les han quitado un poco el brillo y sobreviven en los puntos suspensivos de las nuevas tierras. Están marcados, los personajes por procesos migratorios donde los padres originarios de la India se esfuerzan por mantener esa ligazón con el terruño original pero que los hijos tienen que hacerse a ese lugar extraño de sus usos y costumbres. Lo que se dice en casa colisiona con el entorno. Hay una chica que le llamaban novios para concertar matrimonios y que ella rechazaba pero que vivía su propia historia sentimental. Esa sensación del exilio afectivo (y como no, cultural) me recordaba, y me removía, a la comarca de mi infancia fuera de la floresta y que mi padre se esforzaba al máximo de mantenernos ligados a Isla Grande con viajes de vuelta cada año, visitas a la familia y de la familia, relatos de la selva, sus aventuras en los pueblos de la Amazonía, música, comidas. Mi padre tiene un amor desmedido a la floresta, no se desapega de ella en sus pensamientos. Claro, que los efectos de esas sumas y restas en cada hijo o hija han sido muy diferentes. Lahiri ha construido un racimo bien urdido de historias independientes pero que están enlazadas a la vez. A veces daba la impresión engañosa que leía una novela pero eran historias cortas que terminaban (con finales inesperados muchas veces) pero que, inmediatamente, se acoplaban con otra del libro. Era una gran acuarela del desarraigo, de la inmigración, de mundos culturalmente diferentes con los que se tiene que existir, convivir. En ese sentido, ese sentimiento de pertenecer a un lugar y a la vez sentirse residente y visitante es la argamasa de las historias. Esa es la tensión que nos mantiene en vilo en la narración. Son seres que han tenido que dejar o perder sus usos y costumbres en una tierra ajena y propia al mismo tiempo, unidos a los sentimientos del amor y desamor.
