COLUMNA: PIEDRA DE SOL
Por: Gerald Rodríguez. N
La corrupción no solo es un problema, también es una enfermedad política, una enfermedad cancerígena que ha ido apoderándose del poder como siempre, cada vez que se vuelve a elegir a los que deben cuidar nuestros intereses, cuando estos terminan por llevarse todo lo que queda de un país que nunca alcanzará el progreso prometido, promesa solo en campañas electorales. La queja siempre es unánime inclusive entre todas las regiones del país, inclusive la que se jactan de que han eliminado la corrupción.
Estas raíces enredadas de un esquematizado sistema, se construyen para sacar ventajas en el reino político, en el mundo público, en los charcos privados, en todos nunca deja de haber alguna de estas redes que, inclusive en casos de peces gordos, llegan a internacionalizarse, siendo estas redes mecanismos perversos de construcciones de ligas corruptas, verdaderas coaliciones de la mafia políticas para asegurar la gobernabilidad de un preferido, y luego sacar la ventaja, la ganancia, cuando el preferido haya logrado el poder, por el intercambio de financiamiento de campañas electorales cada vez más caras en el país y en la región loretana, como en cualquier parte del país, para lograr concesiones estatales y contratos posteriores con el gobierno de turno. El clientelismo, el patronazgo, o la compra de votos en el congreso o consejeros regionales que debería defender los interese de la población son algunas de las características que pesa mucho sobre la desgracia de una prosperidad que nunca llega, ni cumple ser sana porque es dañada, bloqueadas por las redes corruptas. Las asociaciones del gobierno con el sector privado no es puara amistad de desarrollo para un fin común, ya que estas actitudes responden, no a la defensa del libre mercado, sino en un verdadero mercantilismo de toma y dame. Solo para recordar que en el país solo llegamos a desarticular estas redes, y que no la tenemos tan asentadas, pero esto no quita que la sigamos teniendo mientras dure un gobierno, fue el caso de los gobiernos de Alberto Fujimori, con su gran operador y cerebro de las redes de corrupción Montesinos, fueron sacadas a la luz la forma como funcionaba la corrupción. No tenemos redes tan extensas, pero que si están logrando tomar cuerpo, para convertirse en una de las más serias de la región latina, ya que el pacto entre lo público y privado, no solo deja de ser un escándalo, sino que es una manifestación de que sus redes van buscando nuevas formas de sostenerse. Pequeñas redes de corrupciones como las de Alan García, no han sido hasta ahora desmanteladas, y prometen seguir echando carne si lograría ganar, como cualquier otro que ya estuvo en la miel y sabe cómo sacar a las abejas para adueñarse de lo dulce.
A nivel regional, el caso de Áncash, donde si la conexión poder judicial, sector privado, sector público y medios de comunicación, da de manifiesto como estarían operando los demás gobiernos locales, o como lo vienen haciendo, ya que de esto no se ha de saber o cuando dejen de gobernar, o cuando las ganancias solo se queden en unos cuantos de este sistema corruptible en el país, y los que están fuera de juego, sean los primeros en irse con el chisme.