[ Por: Gerald Rodríguez. N].

En esta nueva narrativa amazónica aparece Turbación de manatíes de Miguel Donayre, la misma que expresa una Amazonía decadente y una atmosfera llena de historias que actúan en la soledad de su tiempo, un pasado que ahogaron y siguen ahogando a su gente en lago del terror, es la ciudad con su pasado la que vuelve a repetirse en la adolescencia y en el resto de la vida del exiliado.

Su estilo narrativo de saltos y de juegos con el tiempo dibuja una plataforma de todo los tiempos inmersos en un mismo punto. Los saltos de personajes y tiempos hacen de la nueva estructura narrativa un nuevo código y un nuevo discurso en una línea diferencial en la literatura amazónica de la globalización. El concierto de un estilo compartido se transluce con su lenguaje simple y original y con aquellas voces actuadoras de la realidad, voces de manatíes que formando una sinfonía en su conjunto hacen de la novela un racimo de estilo y lenguaje conjugado, reflejando una obra llena de silencios actitudinales de sus personaje frente a toda esa turbación de la ciudad y el país, manatíes que solo quejan su dolor y su asombro de la realidad y que solo atinan a seguir viviendo como se les llega el tiempo y la vida.

Turbación de manatíes, abre un nuevo estilo de narrar la historia de la Amazonia urbana y rural desde aquella fantasía de las ficciones y de las palabras hechas a caprichos del tiempo, y del alma critica de un escritor que con la constancia y su disciplina de escribir está haciendo de la novela amazónica un nuevo punto de partida que hay que seguir perfeccionando tal como se nos propone, en cada estilo propio. Sin duda el tiempo Manatí, su generación y su silencio es el punto clave de la novela, el recuerdo que se hace presente es una metáfora de nuestra propia realidad, que sin duda dará por mucho tiempo ansias de querer crearnos un nuevo mundo, con su isla grande y su Amazonas incluido.