Tánger 3
Por Miguel DONAYRE PINEDO
Enero es uno de los meses, según la guía de viajes, de los más fríos de esta ciudad. Se sentía ese viento marino que te penetra por los poros y hay que abrigarse [en la habitación se escuchaba el ulular del viento]. Del aeropuerto a la ciudad se advierte la construcción de nuevas urbanizaciones, quieren dar un nuevo empuje a la ciudad y que vuelva a ser como antes: cosmopolita, intercultural y artística. El Hotel Dar Chams Tanja quedaba en la alcazaba, es decir, dormíamos inmersos con la historia. Era el lugar más fortificado y que servía de defensa contra los invasores, en muchos de sus rincones todavía encuentras cañones mirando hacia el mar, una pena que estén algo descuidados. La medina es un gran laberinto. No hay un orden lógico, o sí existe, ignorábamos Sonia y yo. Una vez por darnos de valientes luego de dar una enorme vuelta volvimos al mismo lugar de partida, nos reíamos de impotencia. Son recovecos difíciles de descifrar. En la ciudad prevalece la vegetación, dentro de mí pensaba encontrar un paisaje del desierto, nada más equivocado, muchos árboles. Esa tarde nos encaminamos hacia el cementerio judío, Cimetière Juif de Tanger. Es muy curioso. Las tumbas están abigarradas, hay que hacer malabares para no pisarlas pero dentro de él se goza de gran paz y sosiego. Husmeamos casi todo el camposanto leyendo lápidas, es que son retazos de historias. El camposanto está muy cerca del mar. Muchas de las tumbas miran al otro lado de la ribera [balbuceaba que este viaje es una romería en que devuelvo la visita a esos judíos de entonces, un amazónico volviendo a uno de los puntos de la historia de la floresta] ¿Miraban con nostalgia a Sefarad [España]? ¿Era la morriña del finado o de los deudos? No sé, pero salí cargado de preguntas e imaginando historias ¿Qué les hizo cruzar el charco?, ¿Nuevos derroteros?, ¿Qué les encantó de la selva?, ¿Por qué se quedaron en la selva hasta casi vaporizarse? En estas mismas calles hay huellas de Ginsberg, Bowles, Bourrougs y la volvemos a pisar.