Hay momentos en la vida de los seres humanos nos podemos aferrar a diferentes entes, dioses, lideres o situaciones que nos devuelven las esperanzas en esos temas perdidos que se nos presenten , esa es la explicación que puedo ensayar cuando al ver tantas personas reunidas en pequeñas “seudo” iglesias –incluyendo la católica apostólica y romana- que te prometen un pedacito de cielo asegurado si acudes a ellas regularmente y si dejas tus donaciones o diezmos tus posibilidades de alcanzar la gloria más rápido aumentan rápidamente.
Si esta fórmula no funciona existe una gran gama de posibilidades para renovar tu capacidad de renacer, allí están los chamanes, brujos o médicos medicinales, esos que con una cantidad generosa y una potente dosis de convencimiento y persuasión pueden lograr dicen ellos que tu ser amado, aquel hombre o mujer que tanto deseas, pueda estar a tus pies en un corto tiempo -24 horas- si tienes el suficiente dinero para cancelar el trabajito.
A usted le tienen envidia, le han hecho el mal para que caiga poco a poco, para que se muera, para que nunca encuentre el amor- ¡pamplinas! Como puede ser posible que un mortal tan símil a mí pueda ver y asegurar aquello con tanta seguridad que en ocasiones he llegado a dudar hasta de mi pobreza espiritual.
Maca, sábila, el noni, si todas ellos son vegetales, plantas naturales que siempre y desde que el mundo es mundo están a disposición del hombre, pero por que antes no se sabía de su eficacia y su poder para curar casi todos los males como la diabetes, cáncer, hipertensión- es lo que dicen sus defensores- ¿porque nadie había advertido de estas cualidades curativas? Y tuvimos que esperar a los “médicos” especialistas para que nos advirtieran de esto y llevándonos a gastar miles de soles en pequeños batidos y sobrecitos de color que dicen funcionar a ojo cerrado.
¿Acaso somos un pueblo de poca fe? O es que nuestra autoestima colectiva no es de lo más relevante para nosotros mismos, o nos hemos dejado hipnotizar por farsantes profesionales que ha sabiendas de estas carencias nos han venden a diario y conjuntamente con los políticos –otra tipología de farsantes- un país que realmente necesita seguir a los “moisés” de la curación cuando ellos están tan enfermos como nuestro país y también necesitan una real salvación.