Al parecer, esas campañas cívicas de fumigación se acabaron. A lo menos por el momento nadie fumiga nada y los males producidos por los insectos están allí, a la orden del día. Sería conveniente que otra vez salgan las brigadas de fumigadores a luchar contra el dengue y otras enfermedades. Caso contrario corremos del riesgo de ser víctimas de epidemias.