El principal periodista peruano que tuvo la época del caucho tiene una biografía de lápida. Como si se tratara de su tumba, pues. Nació en Lima el 25 de marzo en 1861. Murió en 1912 en Cerro de Pasco. Según algunos testimonios, ni siquiera Mario Vargas Llosa encontró mayores datos sobre él cuando se documentaba para la redacción de “El sueño del celta” que tiene como escenario intermitente las caucherías y las fechorías que se cometían en sus dominios. Uno de los principales editores asiáticos acaba de ser detenido sin que se oficialice los cargos en su contra.
Lo que queda claro es que los que defendían a los caucheros no escatimaban adjetivos contra este personaje llamado Benjamín Saldaña Roca. Carlos Rey de Castro, por ejemplo, en su ya célebre “Carta abierta” dirigida a Mr. Geo B. Michell, cónsul de S.M.B. sobre lo que se ha dado en llamar “los escándalos del Putumayo” afirma: “si hubiera creído en la comisión de los crímenes denunciados por Saldaña Roca, chantajista de la peor especie, habría hecho, simple y llanamente, lo que hizo más tarde: mandar un juez de la instancia y reducir a prisión a los individuo que se señalaron como culpable y pudieron ser habidos”. Otra referencia es igual de despreciativa hacia el trabajo de Saldaña: “Hardenburg sólo dio a la luz las acusaciones contra J.C. Arana y Hermanos y The Peruvian Amazon Co. Ltda. cuando llegó a la capital inglesa, en 1909; siendo talles acusaciones, en su mayoría, la reproducción de los artículos de La Sanción y La Felpa, editados en Iquitos por el tristemente célebre libelista Saldaña Roca”.
Uno de los editores más célebres asiáticos es el hongkonés Yao Wentian, quien trabaja en la publicación de un libro sobre el presidente de China Xi Jinping. Lo acaban de detener hace tres meses y recién su caso sale a la luz gracias a la denuncia del diario «South China Morning Post». El representante de la editorial Morning Bell Press. La policía no ha divulgado los cargos contra él, aunque se conjetura que puede ser acusado de contrabando y evasión de tarifas de importación. Tiene 73 años y estaba en conversaciones con el autor Yu Jie, residente en EE.UU., para la publicación de un libro sobre el presidente chino que tenía el nombre tentativo de «El padrino chino Xi Jinping». Como tiene la edad avanzada sufre de problemas cardiacos y se desmayó varias veces durante su detención. Tanto así que fue llevado a un centro hospitalario.
Algunas publicaciones afirman que Saldaña Roca fue visto por última vez cuando fue arrastrado por las calles de Iquitos para luego ser embarcado en el puerto con destino desconocido. La mayoría de publicaciones asiáticas han mostrado su apoyo ante el atropello contra Wentian. Lo que demuestra –entre otras cosas- que los periódicos y periodistas al igual que los editores y los libros siempre serán los patitos feos. Sea en la época del caucho o dentro del sistema capitalista-comunista que impera en Asia la palabra será un arma combatida por quienes temen la verdad. Ya sea por defender los derechos de los nativos o por descubrir la verdad en torno al poder chino los que escriben o apoyan publicaciones siempre serán exterminables. Lecciones que nos llegan del siglo pasado y de otro continente.